11 de diciembre de 2008

BOLETIN "LA RECONQUISTA", AÑO II, Nº 10



...hasta que venga a esta tierra, un criollo mandar...

JOVENES REVISIONISTAS.
“LA RECONQUISTA”.
Año 2. N. 10

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EL FRAILE ALDAO.

UN PATRIOTA OLVIDADO.

Cuando la Perrada Oligárquica-Unitaria-Liberal-Masónica se lanzó a la tarea de concebir el engendro perverso de la burda novelita inmoral llamada “Historia Oficial”, perpetró el mayor crimen ejecutado en nuestra tierra de una larga lista de indignas acciones conformada por el traicionero accionar de aquella raza maldita de Dios y de los Hombres.
La apátrida Masonería satánica desde sus asquerosos templos infernales, lanzó sus esbirros predilectos para clavar con alevosía sus puñales rituales sobre la única verdad de nuestra historia Argentina que no es otra que la verdad de un Pueblo, que sojuzgado y sometido asistió dolorosamente al remate de la Patria en beneficio de nuestro permanente enemigo número uno, el Imperio Británico.
Con la pérfida nota monocorde del organillo liberal solo se logró ejecutar la grosera melodía de una historieta desleal que legitimó la Colonia impuesta sobre la sangre derramada del sufrido Pueblo de la Patria.
Tanto Mitre, Sarmiento, Fidel López, Agüero, Rivera Indarte, Del Carril, Alberdi, los Varela, o Vélez Sársfield, como viles serpientes demoníacas, inocularon el veneno corrosivo que entregó nuestro destino de grandeza al Imperio explotador del rapaz león Británico.
Ya fuera en aquellos primeros libros indecentes y ordinarios que inauguraron la Historia falaz de la Oligarquía o en la prensa eternamente sirviente del Imperio de “La Nación” de Mitre, “El Nacional” de Sarmiento o “Tribuna” de los Varela, se procedió a instaurar la mentira institucionalizada que los traidores a la Patria nos legaron como Historia.
Aquella degenerada jauría de chacales carroñeros que abjuraban del Cielo y de toda Nacionalidad, parieron las castas repudiadas que primero fueron Unitarias, después Liberales, siguieron Conservadoras y porque no Comunistas, Socialistas o falsamente Progresistas, para al final ser siempre Oligárquicas y Masónicas, sectarias y eternamente enemigas del Pueblo y por lo tanto de la Patria nuestra. Aquellos impíos engañaron a las futuras generaciones invirtiendo los roles de manera tal que nuestros próceres reales fueron mutados en villanos y los traidores transformados en pro-hombres.
Así la novelita liberal mancilló la figura de hombres irrepetibles como Joaquín Campana, Gervasio de Artigas, Estanislao López, Facundo Quiroga y Don Juan Manuel de Rosas, tratando de opacar su luz inmaculada con la oscuridad maléfica de la Masonería.
Pero aún a pesar de tanto gárgola suelto no pudo pisotearse la verdad pues el bien siempre triunfa y aquellos hombres del Destino Argentino que se jugaron la vida por su Pueblo surgieron triunfantes ante tanta ignominia con la incansable labor de nuestros santos revisionistas.
A pesar de recibir el peor de los ataques, el desprecio, la calumnia y el olvido de aquellas huestes depravadas que a espaldas de todo un Pueblo marchitaron la flor de la Patria, nuestros hombres ejemplares resistieron el embate por ser fuertes y leales a los suyos.
De entre aquellos Padres de la Patria surge esplendorosa la figura de José Félix Aldao, más conocido como el “Fraile Aldao”, llamado así despreciativamente por sus enemigos que pretendían ofenderlo por su condición de cura cuando en realidad nunca entendieron que solo lograban enorgullecerlo.
En Octubre de 1.785 nacía en Mendoza el hijo de un oficial militar llegado de Santa Fe. Fruto de la fortaleza genética de nuestros criollos de entonces y bajo el influjo endurecedor de aquella agreste y pura tierra cuyana, surgiría un hombre diferente que dotado de una legendaria fortaleza física y una estatura que superaba el metro noventa, contendría en aquel ser de excepción una voluntad insuperable que lo dotaría de un valor inigualado. Todo en aquel hombre era superfluo, no cabían medias tintas, era un ejemplo digno de aquellos fuertes que Dios pone entre nosotros, los hombres comunes, para guiarnos en este mundo repleto de maldad y de traición para hacer que los hombres de bien no sean pisoteados aún a pesar de ser circunstancialmente derrotados.
Se educaría en el Colegio de los Dominicos ordenándose sacerdote en 1.806, doctorándose en Santiago de Chile. De regreso a su tierra mendocina se reencontró con sus dos hermanos, hechos granaderos por el General San Martín que no dejó pasar la bravura y el imponente porte de aquellos dos voluntarios que montaban como nadie nuestros potros de las pampas tal cual era la costumbre de los Argentinos que vivían más allá de las pocas cuadras de la Ciudad de Buenos Aires.
Como no podía ser de otra manera, el entonces Fraile no quiso quedarse atrás y siguiendo a sus hermanos y a la gran mayoría del Pueblo Cuyano que de a miles ofrendaba su sangre sagrada a la Causa Nacional, se incorporó como Capellán de uno de los recientemente formados regimientos del Ejército de Los Andes. San Martín no dudo en incorporarlo aún a pesar que aquel hombre aún siendo Fraile, no había respetado sus votos de castidad pues ya tenía dos hijos al cruzar Los Andes en 1.817, pero lo que era casi una herejía, en su tiempo pasaba a ser algo común en aquellos años extraordinarios de lucha y sacrificio, la abrumadora abundancia que emanaba de Aldao resaltaba en el machismo exacerbado típico de nuestros gauchos que no podían dominar sus excesos hormonales transformándose en mujeriegos de novela, pues era esa una virtud entre aquellos hombres educados en la rudeza, al contrario de la condición afeminada de la educación europeizante de Alberdi que proponía entregar a nuestras mujeres castellanas para que sean fecundadas por viriles inmigrantes anglosajones, o Sarmiento, que estimaba a nuestras bellas mujeres como varoniles al compararlas con las inmorales cortesanas bien dispuestas de las pervertidas cortes europeas.
Apenas cruzado Los Andes, el joven Fraile entendió por su valor incontenible que no era el cáliz el arma de entonces y en el combate de Guardia Vieja, la primera batalla en suelo chileno, Aldao tomó un sable y un fusil y lideró el ataque dejando atónitos a sus superiores y a sus soldados feligreses que no podían entender como aquel curita se transformaba en el más valerosos de los soldados, como el más bravo y más vehemente fue protagonista de la primer victoria de la campaña para aquel Ejército Libertador de Los Andes.
San Martín advertido por el General Las Heras, lo incorpora al Ejército nombrándolo Teniente y así aquel hombre de contextura sin igual, fuerte y enérgica, cambiaba la sotana por el uniforme de granadero a caballo.
Cabalgando como nadie y con una valentía incontrastable, sable en mano, el hombre que recién dejaba de ser cura descollaría en las Batallas de Chacabuco, Cancha Rayada y Maipú. Tanto Las Heras, como Lavalle, Necochea y Olazábal lo recomendaron con San Martín que como el Gran Jefe de aquel ejército de héroes no dudaba en condecorarlo y resaltarlo entre sus dirigidos como el oficial de mayor bravura y arrojo, cualidades a las que debe sumarse una crueldad que rayaba con la locura, pero no eran tiempos de sensatez ni de movimientos meditados, solo los que se juegan la vida en batalla saben que en la guerra no puede haber medias tintas, es la muerte propia o la ajena y en aquellos hombres la crueldad no podía ser un defecto sino más bien una virtud pues la condición guerrera era el afán máximo de todo hombre en aquel tiempo, aunque esto resulte incomprensible a nuestra sociedad moderna que se ha debilitado en el confort y el engaño de la profunda estupidez materialista.
Los hermanos menores del “Fraile”, se llamaban Francisco y José, ambos fueron tan valientes como su hermano mayor, frecuentemente ganaban ascensos y condecoraciones, Francisco combatió en Chile en Perú y hasta lucho a las órdenes de Bolívar en Ayacucho, la Batalla definitiva para la derrota española, y José fue nada más ni nada menos que quien tomara prisionero al realista gobernador militar de Chile José Marcó del Pont. Tal era aquella estirpe guerrera de los Aldao que ninguno se quedaba atrás en proezas militares.
Ya en el Perú el “Fraile” aumentó sus hazañas, designado por San Martín como Jefe de las Guerrillas en La Sierra, cargó sobre sus espaldas con la mayor oposición española, en cientos de pequeñas batallas, Aldao logró sumar a las poblaciones indígenas a la causa Libertadora y con ellos asestaba golpe tras golpe a las Fuerzas realistas que ya desesperadas recurrieron al terror para amedrentar al Fraile y sus milicianos indígenas, no previendo que frente al terror español, Aldao opondría un terror mayor pues el hombre no se andaba con chiquitas y la crueldad pasó a ser moneda corriente en aquella lucha. Tan arduo fue el enfrentamiento que hasta San Martín que no era precisamente un Militar blando y los Generales de su Estado Mayor no podían creer las proezas que ya eran leyenda entra las tropas haciendo del Fraile mendocino un Mito que lo llevó a ser ascendido a Teniente Coronel.
Cuando San Martín, enfermo ya de un asma terrible y una úlcera sangrante que lo llevaba a estar postrado bajo el efecto sedante del láudano, y abandonado por Santiago y Buenos Aires, dejara el mando a Bolívar marchándose a Mendoza a recuperar su descalabro corporal, Aldao pasaría a combatir bajo el mando del otro Gran Jefe Americano, repitiendo en Ayacucho junto a sus hermanos los actos de valentía extrema que lo hicieran famoso.
Al final de aquella épica campaña libertadora, los Aldao retornaron a Mendoza, El “Fraile” José Félix pasaría por un tiempo a trabajar en su otra pasión, la producción de vinos, transformándose desde su finca modelo al norte de la Ciudad de Mendoza en uno de los principales productores vitivinícolas del Oeste Argentino. Al igual que Don Juan Manuel de Rosas que sería famoso por la admirable administración de sus estancias, Don José Félix Aldao, Teniente Coronel del Ejército de San Martín, sería renombrado por el estado excelente de su finca y sus procedimientos serían tomados como norma en toda la provincia de Mendoza. Nuestros Líderes Federales serían orgullosamente trabajadores del campo, criadores de ganado, vitivinicultores y fundamentales en la creación de nuestras primarias riquezas agrícolas ganaderas que sostendrían a la Patria hasta bien entrado el Siglo XX. Esta virtud que para López, Rosas y Aldao era un motivo de orgullo, para los masones de la Oligarquía Liberal como Sarmiento era una calamidad y entonces a contramano de la idiosincrasia del Pueblo Argentino plasmaría aquella trasnochada elucubración equivocada de Civilización y Barbarie.
Pero aquellos dorados tiempos de viñedos y bodegas no podían durar para este hombre que aguijoneado por el Destino no lograba mantenerse ajeno del fragor de la lucha. Apenas regresado de aquella lucha tenaz ya se desataban en la Argentina de entonces las luchas intestinas entre los dos bandos que sostenían modelos enfrentados. Los Unitarios, fieles a la tradición de Moreno y Rivadavia, pretendían imponer su proyecto Colonial dependiente de Inglaterra; y los Federales como expresión genuina de la Patria naciente, con sus Caudillos que intentaban consolidar una Nación que respetando las realidades provinciales de a poco pudiese establecerse sin el asfixiante abrazo de oso de ninguna potencia extranjera.
Aldao, como no podía ser de otra manera pues era un patriota cabal, tomaría partido por el Federalismo, pasando a ser un sostén fundamental del Caudillo que lideraba todo el Oeste Argentino, Facundo Quiroga, el Tigre de los Llanos. Así, si ayer había seguido ciegamente al General San Martín pues entendía que el momento de la lucha pasaba por independizarse de España y que en tal hora la Patria le exigía su sacrificio, ahora le sería fiel al hombre que desde los Llanos Riojanos dirigiría la nueva lid por nuestra Independencia, esta vez, de una minoría que como auxiliar de los Imperios Británico y Francés venía a arrebatarnos nuestro suelo, sus riquezas y el futuro de grandeza del Pueblo Argentino, con el pérfido motivo del enriquecimiento de aquella minoría mercantil y el beneficio inmoral de la rapacidad ultramarina europea que podía sostener así su sistema explotador y asesino de dominación mundial.
En aquella década de 1.820, la Patria no tenía un Gobierno Central, pero las Provincias bajo el liderazgo de sus Caudillos comenzaban a pergeñar la más importante organización que resultó en el Pacto Federal que dio nacimiento al más exitoso proyecto de Nación Soberana que fuera la Confederación Argentina de Rosas. Pero los Unitarios seguidores del traidor Rivadavia, tras derrocar al legítimo Gobierno Federal y fusilar al Caudillo y Gobernador de Buenos Aires el Coronel Manuel Dorrego, lanzaron una ofensiva en todo el País comandada por Jefes Militares como Lavalle, Lamadrid y José María Paz, que ayer lucharon por la Patria en su Independencia y hoy la traicionaban combatiendo al Pueblo Argentino, sangrándolo de manera brutal dando nacimiento al apodo por el que estos traidores serían conocidos como Salvajes Unitarios.
Tras el magnicidio de Dorrego se comenzó a transitar un camino que llevaría a la Argentina a su más dolorosa tragedia. Los Jefes Unitarios asesinarían a miles de Gauchos sabiéndolos adeptos a la Causa Federal pues era esta la Causa del Pueblo.
Los Caudillos Federales responderían con dureza pues eran hombres rudos, y Aldao lo era más que nadie, si hasta cuentan las leyendas populares que San Martín le temía, que ni el mismo Facundo, famoso por su bravura, se animaba a contradecir al “Fraile”, ni siquiera otro valiente como Rosas se atrevía a tratarlo si no fuera con respeto. Era Aldao un hombre amable y se hacía querer rápidamente, pero más vale no enfrentarlo en su ira, era el producto típico de una época dorada de la Patria que parió a valientes de antología que concitaban la adhesión popular desde sus épicas leyendas.
En aquella época especial y extraordinaria, no existía en el Mundo otro método que el de responder a la violencia con una violencia mayor pues se profesaba un culto a la Guerra y ser soldado era una virtud. En este marco de derramamiento de sangre fratricida Aldao y sus hermanos conformaron un ejército con la gran mayoría de los hombres de Mendoza, pues el Fraile era seguido fielmente por el Pueblo mendocino, y no así por la Oligarquía conformada por unas pocas familias de la Capital que tomaría partido por el Unitarismo como ayer lo hicieron en contra del gran Proyecto Libertador de San Martín. Los hombres de campo, los trabajadores de los viñedos, los que vivían en la periferia de la Ciudad Capital mendocina, respondieron fanáticamente al líder natural que todos aceptaban con devoción, al héroe de Chile y Perú, al Fraile José Félix Aldao, aquel que los protegía como un padre, aquel que era nada más ni nada menos que su Caudillo. De una población mendocina que apenas superaba los 20.000 habitantes, más de 4.000 hombres mayores de 16 años se sumaron a las milicias de Aldao lo que da una idea de su tremenda y legítima representatividad.
Siguiendo a su jefe Quiroga, Aldao y sus tropas acuden a su llamado para presentarle batalla al “Manco” Paz y sus tropas Unitarias pero los Federales son vencidos en la Batalla de La Tablada, y Aldao herido escapa con varios de los suyos a San Luis, heridas tales que hubiesen dado una muerte segura a cualquier otro mortal, pero a Aldao solo le provocaron dos días de descanso bajo el único curativo criollo del aguardiente.
Tras su victoria, Paz invadió las Provincias, a Mendoza envió a Juan Agustín Moyano que impuso a Videla Castillo como gobernador tomando ilegítimamente el Poder, derrocando al gobierno normalmente establecido. Aldao en San Luis, enterado de la situación parte urgentemente a Mendoza con sus tropas a las que se suman muchos hombres y sus hermanos José y Francisco en su Provincia.
Allí se produce la Batalla de El Pilar, es un enfrentamiento extremo donde ambos bandos están dominados por el recíproco odio. Desde el injusto e inútil fusilamiento de Dorrego, los Salvajes Unitarios han desatado el horror, han derribado todo límite, han dado el primer paso hacia el abismo, son miles los gauchos asesinados en todas las Provincias, todos los Jefes Unitarios han producido desmanes inverosímiles y han desatado una tempestad imparable. Ahora tronará el escarmiento, que aunque cruel, no carecerá de Justicia.
Aldao y sus milicias triunfan ante las tropas Unitarias pero en la batalla muere acribillado su hermano Francisco. Mientras se intentaba conseguir la Paz, un cañoneo traidor Unitario hiere de muerte a Francisco. El Fraile se entera de la muerte de su hermano mientras recorre el campo de Batalla tras la victoria encontrándolo tendido. La furia Federal es imparable, se desata la crueldad, todos claman por venganza, los Unitarios han asesinado a Francisco con saña, alevosía y manifiesta traición aprovechándose de una tregua rota unilateralmente, es un hecho funesto que desencadena la tragedia. El Fraile, fuera de sí, inmerso en el más profundo odio y dolor por la muerte de su hermano, da rienda suelta a toda su crueldad. Los hombres rudos como José Félix no pueden abstraerse de los sentimientos sino más bien son dominados por ellos, pero sin intentar justificar el proceder, no pueden juzgarse aquellos hechos extraordinarios desde la tranquilidad pasmosa de una biblioteca o de un escritorio, hay que colocarse en el momento, así se debe escribir la Historia. Claro que no se puede justificar una matanza, pero sí se puede adivinar el instante de pasión desatada, quién puede arrojar la primera piedra sin colocarse en el lugar de un hombre de armas que ha perdido a su hermano en tan desleal acontecimiento? Porque de todas maneras la Historia no pude absolver ni castigar, si primero no comprende, solo así se intenta explicar a las generaciones futuras los hechos tal cual fueron.
El Fraile manda a fusilar y lancear a muchos prisioneros y tras juicios sumarísimos de Guerra, ordena el fusilamiento del Unitario Francisco Narciso Laprida que presidiera el Congreso de Tucumán en Julio de 1.816 y del lugarteniente de Paz en Mendoza, Agustín Moyano, el resto de los oficiales también son fusilados. La crueldad de estos actos será fantásticamente exagerada por Sarmiento en su novela referida al Fraile, pero los hechos ocurrieron, claro que un puñado de oficiales y algunos pocos miembros de la Oligarquía mendocina parecieran valer más que miles y miles de gauchos masacrados en sus propias tierras por el ejército invasor de Paz que se ha comportado en todas las provincias como una verdadera tropa de ocupación matando a diestra y siniestra. Fue la acción primaria, ahora se recibe la reacción que más bien parece un acto de Justicia ¿o no es acaso que la violencia en manos de los Pueblos que intentan liberarse de sus opresores no es violencia sino Justicia?
José Félix Aldao, tras la batalla se hace cargo del Poder en Mendoza, es un gobierno dictatorial que no permite el disenso, que recurre a contribuciones forzosas como lo hiciera San Martín ante la negativa de las familias pudientes de la Ciudad mendocina a colaborar con su Campaña Libertadora, pero qué otra cosa podía esperarse en ese innegable estado de guerra? Se le achacarán al “Fraile” más difamaciones que hechos ciertos, en el futuro los Liberales lo mostrarán sanguinario, loco, cruel, borracho, pero todo es exagerado hasta la estupidez, lo cierto es que Aldao es el Caudillo Federal de Mendoza, todos lo siguen fanáticamente, el Pueblo lo ama, lo venera, y esto solo, sirve de argumento efectivo de refutación ante tanta patraña Unitaria.
Al poco tiempo Aldao parte nuevamente a Córdoba con sus tropas a luchar junto a Facundo Quiroga, nuevamente contra el “Manco” Paz, y nuevamente son derrotadas las Fuerzas Federales en la Batalla de Oncativo. Quiroga logra escapar, pero Aldao cae prisionero, Paz le perdona la vida ante la insistencia de fusilamiento por parte de algunos Jefes Unitarios, seguramente Paz tiene en cuenta como militar equivocado aunque valeroso que es, las leyendas y hazañas militares del mendocino en Chile y Perú, no olvidemos que los Jefes de Aldao en aquella Sagrada Campaña Libertadora como Lavalle son hoy sus enemigos y conocen el destacado pasado del “Fraile”.
Paz posteriormente caerá prisionero de las Brigadas de Estanislao López en un hecho fortuito donde será víctima de unas certeras boleadoras, pero López y Rosas, equivocada pero gallardamente, le perdonarán la vida.
Lamadrid continuará la lucha comandando lo que queda de la Liga Unitaria y llevará a Aldao prisionero a Tucumán y luego lo desterrará a Bolivia, antes de que Quiroga derrotara definitivamente a Lamadrid en Tucumán, en la Batalla de La Ciudadela.
Mientras el peligroso José Félix es desterrado, en Mendoza son asesinados en confuso episodio el hermano menor del “Fraile” y el Gobernador de Mendoza, Corvalán, a manos de los indios del Sur de Mendoza, episodio en el que no se descarta la mano sucia del poder económico Unitario capaz de comprar voluntades hasta en los caciques que amenazados por el hambre recurrían a cualquier ofrecimiento mientras este les permitiera sobrevivir en su desgraciada existencia. La maniobra huele a Sarmiento que siendo joven ya se destaca por sus perversas operaciones ocultas, aunque en la batalla real todos lo signaran como un cobarde consuetudinario. Algunos Unitarios de Mendoza que odian a Aldao también pueden ser responsables, pero estas conjeturas no tienen un asidero eficaz. José Félix enterado en el destierro del asesinato de su otro hermano promete vengarse.
Es el año 1.831 y Quiroga vuelto a la lucha con hombres aguerridos surtidos por Rosas, retoma Córdoba, San Luis, Tucumán, y en Mendoza, el Tigre de los Llanos resulta nuevamente vencedor al derrotar al Gobernador Unitario Videla Castillo en la Batalla de Rodeo de Chacón. Facundo dirige a sus tropas desde una carreta ya que el reuma le imposibilita montar. Al final de la batalla le llega la noticia de que ha sido asesinado en San Juan el Oficial Benito Villafañe por quien Quiroga profesaba una gran amistad. El asesinato es cruel y perverso, se lo decapita y se arrastra su desgraciado cadáver por la plaza de San Juan, uno de sus principales perpetradores es Sarmiento quien ya de joven da acabadas muestras de su fino gusto por la sangre y la traición. Cuando el parte de la muerte de su amigo llega a Mendoza, Facundo estalla en furia, inmediatamente manda a fusilar a todos los prisioneros. Así es nuestra Guerra Civil, cruel y salvaje, golpe por golpe, pero cabe preguntarse, es la guerra de otra manera en el resto del mundo? No, definitivamente, no. Napoleón ha sangrado a toda Europa y ha producido masacres civiles en España durante su ocupación apenas 20 años antes, Inglaterra no se ha quedado atrás en su lucha pertinaz con sus ex-colonias americanas y se ha impuesto en todo el Mundo a sangre y fuego asesinando a millones de personas, produciendo en todo tiempo, pasado, presente y futuro, y en todo lugar, los mayores crímenes de guerra de la historia, también Irlanda y Escocia llevan siglos de represión y genocidio a manos de la funesta Corona Británica. En los Estado Unidos de Norteamérica en pocos años se desatará una terrible Guerra Civil de proporciones inimaginables donde perecerán cientos de miles de personas entre militares y civiles, sin dejar de mencionar que en aquel tiempo la esclavitud era legal en aquella gran farsa liberal que Washington y su camarilla de masones pretendían mostrar como ejemplo al resto de la Tierra. Y todo esto sin contar que la gran mayoría de la población de aquellos Países, que los párvulos liberales nacidos en la argentina admiraban, vivíann en la más ardua explotación típica de la Revolución Industrial que estaba en pleno desarrollo. Citando las palabras geniales de Rosas puede explicarse el mundo de entonces: “Los Liberales arreglan todo en un cuadernito copiado de cualquier parte… donde los aristócratas y poderosos lo sean todo y el Pueblo nada… como en Inglaterra donde la decantada Libertad se reduce a ser el Pueblo más esclavo que en otras partes pero con mucha apariencia de Libertad; porque libres son solamente los grandes Lores y el Rey”.
El Mundo de entonces no es diferente a la Argentina de aquellos años, solo la lucha armada sin cuartel es el método utilizado para dirimir intereses, todavía faltan muchos años para que el Capitalismo mundial perfeccione sus métodos de dominación económica que producirá al Mundo entero mayores males que los métodos bélicos, pero en apariencia más benévola, como si millones de personas pereciendo de hambre y miseria no murieran igual que un puñado de fusilados, por lo que la crueldad no es propiedad de algunos sino de todos y la violencia es una propiedad intrínseca a la imperfecta raza humana, nadie puede pues analizar la Historia de otra manera, solo cabe entender que hay minorías que luchan por perpetuar su dominación lo que constituye alevosía y esclavismo, y hay mayorías abrumadoras que luchan por liberarse lo que no puede interpretarse más que como Justicia.
Con la Provincia asegurada y Lamadrid derrotado, en 1.832 el “Fraile” regresa a Mendoza donde es nombrado Comandante General de la Provincia, son tiempos Federales tras la derrota de la ficticia Liga Unitaria del Interior de Paz y Lamadrid, desde Buenos Aires comienza a brillar la estrella del Brigadier Juan Manuel de Rosas que se transforma por estos años en el líder absoluto del Pueblo de la Patria desde la Gobernación de su Provincia, encabezando la efectiva consolidación de la orgullosa Confederación Argentina.
En 1.833 acompañará a Quiroga y a Rosas en la Campaña al desierto que asegurará los territorios hasta el Río Colorado al mismo tiempo que se sumarán como Argentinos las tribus Araucanas de Mapuches y Ranqueles que aceptarán el liderazgo de Rosas hasta su derrocamiento, luchando numerosas veces junto al Restaurador como lo harían hasta en la mismísima Batalla de Caseros.
Aldao está ahora consolidado en su Provincia, con la frontera con el Indio asegurada y pacificada, produce el desarrollo del Sur mendocino alentando la inmigración chilena que desarrollará la ganadería y la agricultura.
En poco tiempo se transforma en el líder indiscutido de todo Cuyo. Dotado de una fina percepción política adivina que la estrella de Quiroga se está apagando producto del desgaste y el atroz reuma que aqueja al Tigre de los Llanos que tras años de lucha incansable se instala junto a su familia en Buenos Aires para intentar calmar el terrible mal que lo aqueja y que ya no le permite montar, mientras el Gobernador de Buenos Aires, Don Juan Manuel de Rosas se transforma en el líder de toda la Patria, más legítimo de todo el Siglo XIX.
Entre aquella renovación natural de mandos que se producía, sucede el asesinato de Facundo Quiroga a manos de los hermanos Reinafé, que a pesar de ser los Jefes Federales de Córdoba, estaban enemistados fuertemente con el Tigre de los Llanos por causa surgida de una carrera cuadrera protagonizada por Facundo y el hermano mayor de los Reinafé en la que los Cordobeses perdieron una yegua cotizada tras una rodada provocada, según ellos, por Quiroga.
La deshonra Unitaria intentará endilgar el asesinato a Rosas, pero esto es una falacia más de tantas cometidas por aquellos malhechores de la historia.
Aldao, tras la muerte de Quiroga, se transformará en el líder indiscutido de todo el Oeste Argentino, tras haber sido fiel como el que más al General San Martín y continuar ofrendando su sangre a Facundo Quiroga hasta el punto en que el Tigre de los Llanos lo estimaba por sobre todos sus seguidores, ahora se transformará en la mano derecha del Restaurador de las Leyes y del Padre indiscutido de nuestra Argentina, el Brigadier General Don Juan Manuel de Rosas, que lo nombrará General y lo colocará en una posición superior a todo el resto de los gobernadores provinciales.
La fidelidad de Aldao a Rosas será inquebrantable como lo fuera con San Martín y con Quiroga, porque en aquellos años, la fidelidad y el honor eran virtudes criollas y gauchas indiscutidas, no así ocurría con la Oligarquía auxiliar del Imperio que haría de la traición su vicio favorito.
En 1.839 se desata una nueva Guerra Civil, reiteradamente Lavalle, Lamadrid y Paz vuelven sobre sus pasos indignos, ahora serán ni más ni menos que mercenarios de Francia y contarán con el apoyo de otro lacayo imperialista, el mariscal Santa Cruz, desde Bolivia.
Lavalle es pronto derrotado en Quebracho Herrado, pero Lamadrid avanza sobre La Rioja y San Juan. Aldao que recientemente ha sido elegido Gobernador de Mendoza con el ferviente apoyo de la gran mayoría del Pueblo mendocino, le presentará batalla en La Rioja derrotando al Coronel mariano Acha, segundo de Lamadrid.
Acha escapa de La Rioja y recibiendo el apoyo de tropas enviadas por Lamadrid, aprovecha la ausencia en San Juan de Aldao y Benavídez y ocupa la Ciudad.
En San Juan se producirá la batalla más sangrienta de nuestras luchas civiles, recordadda como la Batalla de Angaco, las Fuerzas Unitarias traidoras de Acha, derrotan a Aldao y Benavídez, sorprendiéndolos en pleno desierto cuando sus tropas estaban extenuadas y muriendo de sed. Tras la derrota, Acha hace lancear a cientos de gauchos mendocinos mientras fusila a todos los Jefes, Aldao y Benavídez escapan de milagro.
Prontamente los Caudillos Federales de Mendoza y San Juan retoman la ciudad de San Juan derrotando a Acha y haciéndolo prisionero. Aldao decide fusilar a Acha, corta su cabeza y la cuelga de una pica a la vista de todos. Es un acto cruel y salvaje, pero hay que sopesar el criminal accionar en Angaco de Acha y los suyos.
Mientras esto ocurre en San Juan, en Mendoza, Lamadrid ocupa la Provincia, pero el Ejército de Aldao reforzado por Ángel Pacheco, lo derrota definitivamente en la Batalla de Rodeo del Medio.
Ahora sí José Félix Aldao, el “Fraile” para sus enemigos, el “Padre” para sus fervientes seguidores, podrá gobernar en paz. Comenzará una obra de gobierno eficaz y señera en la historia mendocina, contó con la devoción casi mística de sus soldados y de los trabajadores, los campesinos y los más humildes de toda la Provincia a los que alimentó y protegió. Fomentó la vitivinicultura y la ganadería desarrollando a Mendoza como no ocurría desde su fundación y como no ocurriría hasta fines de Siglo XIX con la llegada de la inmigración europea.
Eran tiempos felices para el Pueblo mendocino, el Gobernador promovía el trabajo pero también las diversiones típicas de nuestros gauchos, las carreras cuadreras, muchas veces protagonizadas por el mismo Aldao, los juegos de naipes como el “Monte”, la competencia tradicional de taba y las famosas guitarreadas cuyanas.
Cuando llegaba el Gobernador montando al trote su caballo, engalanado en su uniforme azul oscuro con grandes charreteras doradas, era común que el Pueblo todo congregado para la ocasión gritara entusiasta ¡Viva la Federación!, ¡Viva el Gobernador Aldao! ¡Viva el Restaurador Don Juan Manuel de Rosas! Así transcurría el día entre asados y vinos surtidos por el mismo Gobernador, hasta que al caer la noche todos enfilaban para sus casas. Era una verdadera fiesta popular a la que acudía casi toda la población de la Capital y sus alrededores, eran fiestas multitudinarias en las que latía alborozadamente el corazón de la Patria.
Por supuesto que también algunas familias Unitarias fueron perseguidas y sus superfluas posesiones típicas de aquella Oligarquía explotadora, expropiadas. Se declaró la adhesión al Partido Unitario como un “Acto de Locura”, hecho que posteriormente sería estudiado por los Doctores de la Ley, unos criticándolo, como Sarmiento, y otros alabándolo pues era esta una forma de mantener con vida a quienes en aquellos tiempos de lucha merecían la muerte por aplicación de la pena capital en el delito de traición a la Patria por el cual seguramente podían ser ejecutados, la “Locura” era pues una “chicana” para dejar con vida a un puñado de Oligarcas. La discusión aún hoy está activa entre los estudiosos de la Ley en la Provincia de Mendoza que citan este caso para ejemplificar las distintas aristas en la aplicación de la misma.
Hacia fines de 1.842, el Gobernador Aldao comenzó a sufrir un cáncer linfático que le provocó un tumor casi del tamaño de un huevo en su frente. Ya en 1.844 el sufrimiento extremo que le provocaba tal afección lo llevo a refugiarse en la bebida como una forma de sopesar el agudo dolor.
Rosas enviaría al mejor doctor de la Confederación, Miguel Rivera, pero en ese entonces la ciencia era ineficaz para tratar el mal. El último año de su vida fue atroz y su muerte acaeció en Enero de 1.845, pero a pesar de la agonía siguió cumpliendo con su labor de Gobernador hasta unos pocos días antes de su muerte en que delegó el mando al Dr. Caledonio de la Cuesta. Su fortaleza era tal que casi ya sin poder ver por el tamaño del tumor de más de una pulgada, seguía montando a caballo para recorrer todos los días los varios kilómetros que separaban su finca de la residencia del gobierno en el centro de la Ciudad.
Cono no podía ser de otra manera, a un hombre excepcional, que llevó una vida excepcional, no podía ocurrirle más que una muerte excepcional. Su caso aún es de estudio en la Facultad de medicina de Buenos Aires donde puede consultarse su historia clínica que es utilizada como caso testigo en el tratamiento de tal mal.
Su último deseo testamentario, fue ser enterrado con el hábito completo de Fraile Dominico y también con su uniforme de general, uno sobre el otro. Sus exequias concitaron en el dolor a la población mendocina que siempre lo acompañó hasta su muerte y que lo despidió como quien despide a un padre, porque el “Padre” José Félix Aldao, era eso, el padre de todos aquellos mendocinos orgullosos de su Federalismo y de su sentimiento patriótico parido en las vidas ofrendadas en Chile y en el Perú contra el Imperio Español, y en nuestras luchas civiles contra los personeros locales de los Imperios Británico y Francés.
El General, el Padre, el Fraile, el Caudillo, el Gobernador de Mendoza, Don José Félix Aldao, pasaba a la inmortalidad con el amor incondicional de sus compatriotas, tan solo los traidores a la Patria, en el futuro, envenenarán su memoria, manchándola con mil falacias, mostrándolo loco, asesino, cruel, borracho, despiadado. Sarmiento será su enemigo dialéctico, escribirá una historia novelada sobre su vida que no contiene más que odio y que en el fondo oculta la maléfica envidia de quien desea lo que jamás podría poseer, cómo no criticar la masculinidad de aquel hombre excepcional si en el fondo lo que se destila es el desprecio por no poseerla, cómo no tratar de bárbaro a quien hacía de la valentía el motor de su vida si en el fondo se carece absolutamente de ella, cómo no envidiar el amor sincero de un Pueblo devoto si jamás nunca se obtendría el favor de mayoría alguna? No, solo atinaba a enfrentarlo con las necias palabras de la ignorancia, porque el afeminado sanjuanino barrigón cobarde no podría ni tan siquiera acercársele al titán admirado por San Martín, Quiroga y Rosas, pues de solo un sablazo hubiese cortado la innoble vida de aquel enemigo de la Patria.
Otro de los críticos de Aldao sería la fina pluma de Jorge Luis Borges en uno de sus cuentos en donde relata la muerte de Laprida, ¿pero qué otra cosa podía esperarse de un escritor, que aunque talentoso, siempre esgrimiría su arte a espaldas de todo un Pueblo y de toda una Nación, que le diera vida, notoriedad y cobijo, no recibiendo aquella verdadera Madre Patria abnegada y aquellos únicos hermanos de suelo más que un indigno desagradecimiento?
También lo criticarán sin más argumentos que sus mentiras predilectas, algunos mediocres escritores de hoy como Felipe Pigna o Pablo Feinmann, escudados tras un falso progresismo que no es más que el reciclaje bastardo de los perversos ideales vendepatria de los liberticidas de ayer. Estos harán de Aldao el objeto predilecto de sus críticas, esbozando los malditos, remanidos y tramposos argumentos de “Autoritarismo”, “Tiranía” y “Barbarie”.
Para todos sus críticos de ayer y de hoy, Aldao será el “Fraile” maldito, para esos degenerados naturales de toda especie que hicieron de la traición a sus hermanos de Nación el método predilecto de su inútil y equivocada vida, Aldao posee todas las inmaculadas virtudes que ellos quieren ver como defectos, era “Cura” y esto no podía ser perdonado por aquellos masones que desdeñaban a Dios mismo, lo odiaban porque el mendocino esgrimía orgullosamente el estandarte de “Religión o Muerte”, aquellos “Volterianos” educados bajo el influjo satánico y masón no perdonarían la fe del hombre de Dios que se volcó a las armas, tampoco le perdonarían el Patriotismo abnegado y fanático pues ellos detestan a la Patria, le temen, porque la saben poderosa, no entenderían jamás las viriles costumbres criollas porque para ellos eso era “Barbarie” ya que en realidad no conocían tales virtudes, porque en ellos reinaba la afeminación y la decadencia típica de la perimida sociedad europea que admiraban.
Y qué cambió de los críticos de ayer a los críticos de hoy? nada, absolutamente nada, los de ayer eran unos pocos doctorcitos de frac o levita enriquecidos por defender intereses de empresas inglesas, nacidos en unas pocas cuadras de la ciudad portuaria o los hijos de un puñado de familias pudientes de las ciudades del Interior; los de hoy son los hijos del privilegio más inmoral, que criados en los barrios bien de la Capital Porteña o de las Capitales de Provincia, llevarán desde Recoleta o Barrio Norte, su veneno a las Universidades del Régimen para potenciarlos y desde allí a la maldita prensa sirviente como ayer al Imperialismo, hoy fortalecida por la degenerada avalancha mediática. Aquellos miembros de la selecta Oligarquía que parieron una casta intelectual a espaldas del Pueblo y de la Patria, ayer fueron Liberales-Masones, después fueron conservadores, se hicieron Comunistas o Socialistas, Progresistas, mutaron a Social Demócratas, dominaron los Partidos Populares y compraron el favor del Ejército Liberal apátrida en las Dictaduras de 1.930, 1.955 y 1.976. Todos al final, a menudo solían juntarse en aquellas verdaderas orgías políticas que conformaron la Unión Democrática en 1.945 y la Alianza en 1.998, siempre a espaldas del Pueblo Argentino y siempre pisoteando la Patria nuestra.
La muerte de Aldao no pasó pues inadvertida, ni para sus enemigos que empezaron a tejer sus telarañas malditas del engaño, ni tampoco para quienes recibieron su adhesión inquebrantable. Para la Confederación Argentina puede decirse que con la muerte de Aldao, Rosas comenzaba a quedarse solo, ya habían quedado en el camino por el inexorable paso del tiempo y los avatares del Destino, los hombres como Artigas, Dorrego, López, Bustos, Ramírez y Quiroga, Aldao era el último de aquella generación irrepetible de patriotas que son nuestros verdaderos próceres. Tras su muerte, ni siquiera el más capaz de todos, como lo fuera nuestro líder irrepetible el Brigadier Juan Manuel de Rosas, podría sostenerse en la tan mentada soledad del Poder, el Padre indiscutido de la Nación Argentina estaba solo contra el Invasor extranjero y sus sicarios locales, tenía el apoyo inquebrantable del Pueblo Argentino, pero la tarea en su conducción era demasiada para un hombre al que se le hacía tarde, mientras veía consternado como aún era muy temprano para posibles sucesores.
Tras la muerte de Aldao, comenzó el final anunciado de una época que desgraciadamente para la Patria llegaría inexorablemente a su término pues sus Caudillos habían muerto.
Don Juan Manuel de Rosas había derrotado por esos días a Inglaterra y a Francia, pero cuando todo parecía indicar que por fin la Patria se encaminaba a su Destino de grandeza de Nación Justa, Libre y Soberana de la mano de aquel ser irrepetible puesto por Dios en su designio para guiar a nuestro Pueblo, asomaba la negra traición de Urquiza, como enviado del demonio que siempre mete la cola, esta vez de la mano de aquel impío seudo-Federal, que como buen masón, apretó el gatillo ejecutando el ateo disparo por la espalda a todo un Pueblo que sufriría la represión y la muerte en los años posteriores a Caseros mientras la Patria sería mancillada por aquella casta maldita de sirvientes imperiales.
Cabe preguntarse, aunque esto no es propio de la Historia científica, sino más bien de un deseo irrefrenable de Justicia, si hubiese sido posible Caseros, con un Aldao sano y vivo. Seguramente no, pues la reacción del Interior hubiese tenido otro cariz y el general mendocino curtido en mil batallas y con su leyenda y su mito a cuestas, hubiese liderado a los miles de hombres que desde Mendoza, San Juan, San Luis, Córdoba y La Rioja habrían acudido en ayuda del Restaurador para derrotar al “Ejército Grande” que lo único que tenía de grande era su condición traidora. Pero esto solo es soñar con lo que no fue, aunque a veces el soñar es el único camino que nos queda a quienes amamos a la Patria mientras al mismo tiempo asistimos amargamente desde su pasado y su presente a su permanente vejación.
Soñemos Compañeros, porque soñar es nuestro derecho y nuestro deber, nunca pues dejemos de soñar, que algún día el sueño de Aldao, de Rosas y de Perón volverá a ser una resplandeciente realidad. Soñemos que la Patria volverá a ser nuestra, del Pueblo, porque el Nacionalismo será Popular o no será más que una herramienta más del sistema que nos oprime. Seamos Justos, Libres y Soberanos, lo demás no importa nada.


JULIO GUILLERMO CARRICONDO CITHON (CUSTOM 71).

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Acto patriótico a orillas del Paraná por el 163° aniversario de la batalla de Vuelta de Obligado.

A orillas del río Paraná, y situados en el lugar donde se emplazó la batería “Manuelita” cuando la batalla de Vuelta de Obligado en 1845, el domingo 23 de noviembre último se llevó a cabo un emotivo acto en recuerdo del Día de la Soberanía Nacional.

Dicho evento, que año tras año va ganando más adeptos y entusiastas que buscan en los sucesos del 20 de noviembre de 1845 un punto en la historia criolla para sentirse orgullosos de sus raíces, su tierra y su bandera, fue organizado por las autoridades de la Comisión Nacional Permanente de Homenaje a la Vuelta de Obligado –cuyo Presidente Honorario es el teniente general retirado Roberto F. Bendini-, la Municipalidad de San Pedro y el Ejército Argentino.

Detrás del muro semicircular que exhibe numerosas placas conmemorativas sobre la batalla en cuestión, se dispuso la formación de dos compañías de soldados y de la Banda Militar “Tambor de Tacuarí”, todos pertenecientes al Regimiento de Infantería I ‘Patricios’, donde, a su vez, pudo observarse la bandera histórica del regimiento, es decir, la que tiene adheridas en ella todas las medallas de los combates librados por los ‘Patricios’ desde 1807 a 1982. De frente a la banda militar, se ubicaban dos secciones del Grupo de Artillería 1 (GA 1), y detrás de ellos, cuatro representantes de los Colorados del Monte de la ciudad de San Miguel del Monte, con sus lanzas, sus botas de potro y sus característicos uniformes colorados federales.

También estuvieron presentes algunos miembros de la Agrupación Patricios Reservistas y de Patricios de Vuelta de Obligado, éstos últimos con sendos uniformes del 2do. Batallón de Patricios, el mismo que luchó en representación del Regimiento de Buenos Aires en Vuelta de Obligado bajo las órdenes del coronel Ramón Rodríguez. Asistieron, incluso, Veteranos de Guerra de Malvinas de San Pedro, quienes mostraban con orgullo las medallas recibidas por el Estado Nacional por su ofrenda en pos de la soberanía. Todos, reservistas, Patricios de Vuelta de Obligado y Veteranos de Guerra, se colocaron cerca de donde se hallaban las autoridades civiles y militares que dirigían el desarrollo del acto.

Merecen una mención particular los gauchos que asistieron al evento en gran número y luciendo sus mejores vestimentas nativas, con sus propios Centros Tradicionalistas tales como el “Don Héctor R. Obligado” y el “Juan del Campillo”, entre tantos otros, portando varias banderas argentinas y la de la Provincia de Buenos Aires. Luego, tres bomberos de la Municipalidad de San Pedro dieron su acto de presencia, lo mismo que las diferentes escuelas de la zona con sus respectivos abanderados y escoltas.


El público, por cierto, fue el que le dio a la celebración el marco apropiado de festividad patriótica y popular, pues estaba lleno de figuras y organizaciones estrechamente ligadas al nacionalismo argentino, entre las que podemos enumerar: autoridades del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas “Juan Manuel de Rosas”, quienes llegaron al lugar a través de cuatro ómnibus que salieron desde la puerta de la institución en Buenos Aires; Jóvenes Revisionistas, entidad juvenil del Instituto Nacional “Juan Manuel de Rosas” dedicado al estudio de la historia argentina bajo el impulso inquietante del revisionismo histórico; integrantes de Pensamiento Nacional; la Comisión Nacional Permanente de Homenaje a la Vuelta de Obligado; descendientes del poeta Rafael Obligado, fundador de la localidad homónima; y vecinos de la zona, muchos de los cuales, pudimos constatar, tuvieron antepasados que combatieron en las tropas federales al mando del general Lucio N. Mansilla contra los ingleses y los franceses.

Desarrollo del evento

Un helicóptero del Ejército Argentino trasladó al ex jefe de Estado Mayor, Roberto Fernando Bendini, al sitio histórico, dándose con ello el puntapié inicial para comenzar el acto. En primer término, un locutor presentó a las formaciones y regimientos presentes, a las autoridades provinciales, municipales, y al público en general. Seguidamente, leyó las adhesiones escritas de aquellos que no asistieron físicamente al acto pero que, con más de formalidad que de compromiso, seguro no querían perderse la oportunidad de figurar. A propósito, tibios aplausos se oyeron al revelarse los escritos dejados por la Presidente Cristina Fernández de Kirchner y por el Gobernador bonaerense Daniel Scioli.

Luego se descubrieron sendas placas, una de ellas en la entrada del Sitio Histórico donde se desarrolló la batalla de Vuelta de Obligado, donada por la Universidad Nacional de Lanús. La otra placa iba a nombre de la Comisión Nacional Permanente de Homenaje a la Vuelta de Obligado.

Más tarde, la Banda Militar del Regimiento ‘Patricios’ ejecutó las estrofas de Aurora, mientras se izaban el Pabellón Nacional y una que era réplica de la que se utilizó el 20 de noviembre de 1845, denominada como Bandera de Vuelta de Obligado. A continuación, el público entusiasmado entonó el Himno Nacional Argentino. La celebración ya iba tomando color.

Un locutor profesional del Ejército leyó la vibrante proclama del general Lucio Mansilla, la misma que fuera seguida por el estruendo de los fuegos de la Patria en la memorable jornada soberana.

A los discursos le siguió una hermosa demostración de parte del Regimiento de Infantería ‘Patricios’, que se encargó de darle un toque distintivo a tanto jolgorio nacional al cumplimentar con profesionalismo una descarga de fusilería que generó un aplauso unánime. Dicha demostración trataba de ejemplificar el rol jugado por el glorioso cuerpo del ejército que, junto al 5to. Cuerpo de Milicias de Caballería “Colorados del Monte”, en la batalla de Obligado, no regatearon su coraje y corrieron a lanzas y bayonetazos limpios a los soldados ingleses que intentaron ganar la costa una vez cortadas las filas de cadenas que interrumpían el paso a los buques invasores.


Estuvo reservado al final de tan sublime fecha patria el desfile cívico-militar, musicalizado por la Banda Militar de ‘Patricios’, la cual hizo honor a una justísima reivindicación histórica que pasó casi inadvertida: el primer tema que ensayó para que comiencen a pasar las distintas y variopintas formaciones, fue la Marcha Triunfal ‘Desierto y Restaurador de las Leyes’. Esta pieza, que en su origen había sido hecha para piano, alrededor de 1835, fue arreglada entre octubre y noviembre del presente año por el jefe de la Banda Militar “Tambor de Tacuarí”, capitán Diego Cejas, para que pueda ser tocada como marcha militar. El autor de la pieza fue el capitán Enrique Martín, de quien se carecen datos bibliográficos precisos.

Este humilde gesto resulta interesante pues, así sea el repertorio musical que para un acto determinado deba ejecutar una banda militar del ejército, todo debe ser previamente aceptado, por escrito, por el Estado Mayor de la fuerza. Entonces, que la Marcha Triunfal ‘Desierto y Restaurador de las Leyes’ haya podido irradiar sus sones en Obligado, responde a una aceptación formal de parte de las máximas autoridades del Ejército Argentino.

La desconcentración que vino luego de terminado el acto, permitió el reencuentro y las charlas amenas entre las personas que todavía luchan, pese a los tiempos sombríos de coloniaje acentuado, por la dignidad de la Patria. Muy a pesar de la oscuridad que prevalece en los rincones del territorio nacional, el mediodía de Obligado era soleado y radiante, con gente alegre, patriota, distendida, que se abrazaba y se felicitaba. Allí, en el sitio donde “los argentinos demostramos que no somos empanadas que se comen con solo abrir la boca”, persiste la luz de la esperanza y la fe en Dios, y esto es más que suficiente para no claudicar.


Gabriel Oscar Turone.


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Ayes de Diciembre.



Dorrego: A 180 años de su asesinato.



“…Una revolución es un juego de azar,
en el que se gana hasta la vida de los vencidos…”
[De una carta de Salvador Maria del Carril a Lavalle,
sin firmar, para evitar responsabilidades.]


"Ay, escuchen bien mis paisanos,
estas palabras de dolor, en este mes tan aciago,
que iniciaba magnifico, con las tropas regresando,
a pesar de aquel amargo desenlace,
Los “castelhanos” habían aleccionado
a Condes y Marqueses, de ese Imperio de esclavos.
Ay, pero el alma de algunos se perdió,
enjaezados por mezquindades sin nombre,
tiñeron de luto las flores decembrinas.

En la Plaza de la Victoria, el verdugo Lavalle
su faena, sin pudor, inicio.
Y con la razón de las bayones,
creyose vencedor.
Mas nuestro Gobernador, se le esfumo de las manos,
la ciudad será de los fusiles, ¡pero la campaña es de los gauchos!
No estaban los soldados, por haber sido engañados,
pero estaban prestos los del Monte,
nuestros bravos milicianos.

Con Rosas fue, hacia el norte, buscando al fiel Pacheco.
Ay, pero la fortuna fue esquiva, y fueron batidos en Navarro.
Pero la Providencia, a los federales dio su amparo,
Dorrego y nuestros leales, nuevamente escaparon.
Se refugiaron en una estancia, el Triunfo se llamaba,
Don Manuel se empeñaba en seguir aquel camino,
a pesar de que la muerte rondaba tesonera,
no escucho razones, se lanzo temerario,
como buen argentino, hijo de criollos altivos.
Ay, Don Manuel, ¡hasta Santa Fe hubiera marchado!
Porque cerca había otros malos, que se decían “sublevados”,
como Escribano y Acha, que finalmente te agarraron,
y te mandaron preso, como a un criminal cualquiera,
¿Qué robo don Manuel?¿Porque lo tratan así?
¿Quién fue el miserable que dio las 30 monedas?
Ay, lo vi a los lejos ser prendido,
Discúlpeme señor, ¡por no asistirlo!

Hasta donde estaba el felón engalonado, lo enviaron
prisionero en un birlocho, ni siquiera lo escucharon.
Yo estaba a lo lejos, tanteando como buen gaucho,
pero eran muchas las tropas,
discúlpeme por no haberlo ayudado.
Los mensajeros iban y venían,
pensé que lo mandarían a otras tierras,
Usted fue un noble soldado, bien cabria la indulgencia.
Ay, pero el 13, maldito mil veces ese día,
se formo un pelotón, líneas y líneas,
lo vi bajar de aquel presidio sencillo,
y hasta en las horas del martirio, mostró su hombría.
Caminaba lento, sereno, muy sereno.

Tenia que hacer algo en ese instante,
¡Mi coronel, aquí tiene un guerrero que busca su mando!
¡Será mi bacón un sable, y mis piernas corcel brioso!

Fui sigiloso entre los arboles, pero estaba muy lejos,
Cuando oí a un desgraciado vociferar ¡Fuego!
Se me helo el alma, y quedaron yertos mis miembros
Ya no cantaron las aves, y el sol se hizo negro
Mire hacia donde usted estaba, mas había caído.
El silencio lo cubrió todo, pero ya no me pude sujetar,
Mi corazón salto de este pecho, y bien alto grite:

¡A esta oscuridad ya le llegara su aurora!
¡Viva Don Manuel Dorrego!

Y así iré cantando esta pena,
Llora conmigo toda esta tierra,
Pero solo no estaré y haré algo
Porque me acompañan ustedes,
Los que la verdad de mis labios
Han escuchado.
Así que cálcense las chaquetas coloradas
Firmes tengan en sus manos las lanzas,
Vayamos con nuestros caballos,
¡A hacer la alborada, milicianos!"


Ricardo Díaz.

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LA MUJER Y LA FAMILIA: PASADO Y PRESENTE.



La modernidad nos ofrece un paradigma de mujer cuyo modelo pareciera ser el exhibicionismo desvergonzado de un cuerpo “armoniosamente anoréxico”. El culto al físico por un lado, y al desborde sexual por el otro, son caras de una misma moneda. Se trata de vender una imagen de mujer exitosa; moderna y desenvuelta; para alejarla de su rol más importante en la sociedad; como lo es el de madre de familia. Este proceso no es casual y dentro de la lógica del mundialismo es perfectamente entendible. Todo lo que sea tendiente a debilitar a la familia, siendo ésta la comunidad primera y la mas próxima a la naturaleza; son elementos válidos. Es hora de tomar conciencia que el ataque a la familia, es un ataque a la sociedad en su conjunto, ya que es justamente la familia la que debe fomentar de un modo ejemplar aquellos sentimientos y valores que son propios de la vida en comunidad, como son el amor y la fidelidad, el respeto y la confianza. La familia es parte y miembro del estado, y está destinada a formarlo, ya que conserva y engrandece la Nación gracias a su fecundidad. Es una célula de la sociedad aunque antropológica y teológicamente es anterior a ella. Por esto afirmo que la institución familiar tiene derechos naturales y a su vez, el Estado tiene obligaciones para con ella. El Estado debe respetar y amparar a la familia y sus derechos fundamentales; proteger incondicionalmente los valores que aseguran la misma: el orden, la dignidad humana, la salud y el bienestar, favorecerla de todos los modos que estén a su alcance. El fundamento de estas obligaciones es el carácter natural de la familia y la misión misma del estado de velar por el bien común.
La estrategia de debilitar la figura de la mujer como forma de atacar la estructura familiar, no es nueva. Si se examina la historia se puede ver claramente que en la decadencia de toda civilización cuando se comienza a vislumbrar un cambio de poder y/o modelos, surge el tema de la destrucción de la familia. Para lograr el objetivo se recurre previamente a la degradación de la mujer, se procura despojarla de toda vergüenza, proclamar su “liberación”, el derecho a que ejerzan “el amor libremente”, su igualdad con el hombre en los roles de la vida (violando el orden natural), y la exaltación “del feminismo militante”. En su afán de disociación, el imperialismo y las entidades que responden al Nuevo Orden Mundial, apuntan a hacer estragos en la primera célula social; transformando a la sociedad toda, en un cuerpo enfermo, proclive a todo quebrantamiento. Además del ataque a la mujer, se busca debilitar la célula familiar a través de campañas que promuevan la pornografía, la homosexualidad, etc. Todos estos signos indican una profunda decadencia moral, con el agravante de que estos elementos están al servicio de la penetración cultural que proviene del exterior. Los medios de comunicación no son más que usinas de transmisión por las cuales se pretende igualar el concepto de libertad, con el de libertinaje. Se le rinde culto al lema de “prohibido prohibir”, partiendo de la falsa premisa de que el hombre no tiene espíritu y por ende no hay nada que proteger. Este materialismo desemboca en un inhumano permisivismo en el que “todo vale”, aceptando por ejemplo a los sodomitas con el alegre eufemismo de “gays”. Detrás de la manipulación de la sexualidad se esconde, como se ha dicho, un auténtico intento de cambio social y cultural. Esta presencia del homosexualismo desafiante y militante tiene el patético signo del modernismo que; primero negó a la Iglesia, luego a Dios, y ahora intenta destruir al hombre mismo, aunque esto engendre tal vez, su propio final. Ante semejante cuadro, no dudo en rescatar el concepto cristiano de mujer en su acepción de señora, esposa y madre de familia, sin por esto negarle el correcto desempeño que puede lograr en las ramas del saber, el comercio, la política, o las instituciones sociales. Reivindico el concepto de familia según el cual esta es una primera comunidad social y estable de padres (hombre y mujer) e hijos, de orden natural, sagrado e indisoluble.
Finalmente y para más claridad, hago mías las palabras de Monseñor Vicente Zaspe:
“¿Qué en los EEUU los hijos adolescentes se independizan de sus padres y viven fuera del hogar? Allá ellos. Nosotros queremos que la familia siga siendo siempre una comunidad de cariño y afecto, que solo la muerte puede destruir.
¿Qué en Europa los novios se acuestan antes del matrimonio? Nosotros reconocemos que muchas veces la voluntad ha sido débil, pero mantenemos con absoluta nitidez el concepto que eso es una profanación anticipada del Matrimonio Sacramento.
¿Qué en Inglaterra se casan los homosexuales? ¡Peor para los ingleses!
¿Qué en los países comunistas las familias queden sujetas a las decisiones del Partido? Para nosotros es una aberración y una claudicación.
¿Qué en Italia los católicos votaron por el Divorcio? Para nosotros han votado la disolución de la familia italiana.
¿Qué en Francia han liberado el aborto? Para nosotros han liberado el homicidio, el filicidio y el crimen.
¿Qué en Dinamarca algunos matrimonios intercambian sus parejas? Para nosotros esos daneses son unos puercos que no merecen el calificativo de personas y están por debajo de la sexualidad de los animales.
¿Qué en las Naciones Unidas favorecen campañas antinatalistas? Para nosotros es un ataque al derecho sacrosanto de engendrar.
¿Qué Mac Namara advierte sobre el peligro de la explosión demográfica? Le decimos a Mac Namara, con el Papa, que el problema se soluciona distribuyendo mejor los bienes del mundo y no asesinando, por anticipado, a los comensales.
¿Qué en Miami los abuelos están espléndidamente atendidos, pero lejos del hogar y de los hijos? Nosotros queremos que el abuelo y la abuela sigan viviendo en casa, compartiendo nuestro techo, nuestro pan y nuestro cariño”.


FEDERICO GASTON ADDISI










2 de diciembre de 2008

GUEMES Y LA GUERRA GAUCHA.

Martín Miguel de Güemes
(y la Guerra Gaucha)





El coraje, virtud excelsa cultivada por los hijos dignos de cada pueblo, ha fructificado de las más diversas formas en todo el devenir de la historia de la humanidad. Recordemos a Leónidas, con sus espartanos, cerrando el paso a fuerzas casi incontables, sin ceder un centímetro tan solo, y combatiendo a la sombra de las flechas enemigas. Recordemos a los iberos, resistiendo en Numancia, a las poderosas legiones, prefiriendo antes la muerte que la esclavitud ignominiosa. Pero, no debemos olvidar, a los grandes hombres que conformaron el muro más formidable, enclavado en las frías soledades del norte, allá donde termina la planicie e inician las montañas. Nunca debemos olvidar que la libertad fue posible, gracias al sacrificio de esos que hicieron de Salta, de Jujuy, verdaderos infiernos, paramos impenetrables, a las fuerzas que seguían los estandartes del despotismo... Ese muro glorioso estaba hecho con los pechos de nuestros gauchos, ese infierno ardía intensamente porque lo alimentaban las llamas de ¡La Libertad!

Esas huestes que hicieron posible proeza semejante, estaban dirigidas por un dignísimo hijo de estas tierras, cuyo nombre esta grabado en letras luminosas en la magna historia de las Americas: el General Martín Miguel de Güemes. A él pertenecen los hombros que cargaron con la responsabilidad de hacer posible la gesta de San Martín. Sobre él cayeron las mas duras invectivas de las clases acomodadas, cuya intensidad es solamente sobrepasada por la devoción que por el profesaban sus soldados. Pero aquello por lo que lucho, es nuestro.

Nació en el año 1785, en el seno de una familia adinerada. Recibió una educación esmerada, estudiando filosofía en el Colegio Carolino de Buenos Aires. En 1806, combate para expulsar al invasor ingles. Los sucesos de mayo de 1810, encuentran a Güemes del lado patriota. Va con la expedición al Alto Perú, en la que tendrá una actuación decisiva en la victoria de Suipacha (participación ocultada por Castelli, con quien mantiene serias desavenencias). Tras las duras derrotas de Vilcapugio y Ayohuma, y el desastre de Huaqui, las fuerzas patriotas deben retroceder. El general Balcarce es reemplazado por Manuel Belgrano. Una invasión realista se encuentra en ciernes, suponiendo los comandantes españoles, que los jirones del ejercito rebelde ya no opondrán una seria resistencia. Jujuy misma empieza a moverse, los pueblos del norte son llamados por Belgrano a unirse a su ejército. Se debe ganar tiempo para reorganizar los cuadros maltrechos. Los patriotas, se retiran hasta Tucumán. Allí se detendrán y ya no retrocederán. Güemes dirige a los gauchos norteños, que deberán pelear para volver a sus mismos hogares, en esos momentos bajo el poder del ejército realista. El 24 de Septiembre de 1812, las armas de su Majestad son batidas estrepitosamente por los patriotas, debiendo retirarse apresuradamente hacia el Alto Perú. Los gauchos de Güemes, pueden volver, aunque no podrán descansar un solo instante. Deberán defender la libertad naciente, amenazada de manera constante por las fuerzas realistas establecidas férreamente en el Altiplano.

En abril de 1814 San Martín le confió la comandancia de las fuerzas patriotas de avanzada formada por gauchos de Salta y de Jujuy. La estrategia había cambiado, y la dirección de la gran cruzada, que inicialmente seria hacia el norte, fue desplazada hacia el oeste, hacia Chile. Los guerrilleros altoperuanos debieron replegarse hacia el sur, hasta las posiciones de Güemes. Así la celebre y esforzada Juana Azurduy, se puso a sus ordenes.

¿Cómo organizó sus fuerzas? Conformo una red de milicias que cubría un amplio territorio, desde Humahuaca –con ramificaciones en Potosí-, pasando por Jujuy, la ciudad de Salta y las poblaciones aledañas del Valle de Lerma, el Chaco salteño y el Valle Calchaquí. Los milicianos fueron organizados en unidades de 20 a 30, bajo el mando de jefes locales, llamados “capitanes de Güemes”.



Los gauchos, así organizados, basando su superioridad en el conocimiento del terreno y en su astucia, rechazaron varias incursiones españolas, y seis intentos de invasión: la del brigadier Joaquín de la Pezuela en 1815; la de La Serna en 1817; dos de Pedro Antonio de Olañeta también en 1817; la de Canterac en 1820 y la de Olañeta en 1821, que le cuesta la vida al mismo Güemes.

¿Como obtiene recursos? El gobierno central le proporciona recursos ínfimos, puesto que la prioridad se encuentra en Cuyo, en el ejercito que San Martín esta formando. La mayor parte proviene de la misma provincia (de la cual es gobernador desde 1815), de los impuestos que pesan sobre los comerciantes y los estancieros. Es creado el “Fuero Gaucho”, que es una suerte de condonación de las deudas por el arrendamiento de las tierras, que beneficia a sus soldados, de extracción preponderantemente rural. A medida que la guerra se prolonga, los tributos pesan más y más sobre las clases acomodadas, que ven en dicho estado de combate permanente, un clima poco propicio para el desarrollo de sus actividades lucrativas, especialmente el contrabando. Además, las prerrogativas con que Güemes beneficia a los suyos, van creando una situación que se torna peligrosa para los aristócratas: los gauchos, otrora sumisos, adquieren una nueva visión de su condición, empezando a sentirse y -aun peor- manejarse como ciudadanos...

La guerra gaucha, va adquiriendo un matiz distinto cada día que transcurre. De la liberación del yugo español, se va transitando progresivamente, hacia la liberación de los oprimidos, quienes no habían cambiado, a pesar de que el antiguo régimen había sido depuesto. En 1815 la gente decente había aclamado a Güemes como gobernador. Pero cada año que pasa, ve cada vez mas distanciados al gobernador y a la clase principal, llegando esta inclusive a llamarle tirano. El germen de la traición es inoculado entre los más conspicuos representantes del patriciado salteño, que ven en la intransigencia del jefe patriota, un escollo insalvable para retornar a la tan ansiada paz.

Mientras tanto, los combatientes gauchos, continúan vigilando el ardiente frente. Pelean en medio de las oquedades de las rocas, golpean sorpresivamente las avanzadas españolas, brindan su apoyo incondicional a los pocos guerrilleros que se mantiene firmes en el Alto Perú, a pesar de la represión brutal y sanguinaria que buscaba acallar las voces de esos pueblos. Se sacrifican por cerrar el paso a toda fuerza que vaya en contra de esa palabra nacida a la luz del sol de mayo. Ganan tiempo precioso, puesto que en Cuyo, se esta gestando la magna Expedición. La cual parte finalmente en 1817...

El año 1820 fue muy difícil para las Provincias Unidas del Sur. La Constitución de 1819 había sido rechazada por las Provincias, y el Litoral se hallaba en franca rebeldía contra el poder central, cuya legitimidad estaba desvirtuada, a causa de la soberbia porteña. El Directorio cae y Buenos Aires es una provincia como las demás. Una provincia inmensamente rica, eso sí, que se ha lavado las manos de la expedición Sanmartiniana y que no envía ni un peso a las tropas del norte. En agosto de
1820 Güemes recibe un emisario desde Chile, con despachos firmados por el General San Martín.
Allí le encomienda la erección de un ejército que avance mas allá de la quebrada de Humahuaca, a la par que desde Chile iniciarían el asalto al baluarte realista del Perú. Es designado General en Jefe del Ejército de Observación. Había llegado la hora de atacar. No pasaron dos semanas desde que recibiera esa orden, y ya tenia reunidos 2000 hombres para la empresa que coronaria tantos esfuerzos. Tal vez pensaba Güemes, que su deber era reunirse junto con su General, en la mismísima Lima. Pero requería de armas y municiones. Solicito le entregasen las que pertenecieran al ejército del Norte, que se había disuelto en el motín de la posta de Arequito. Se las negaron. Pidió auxilios a las demás provincias. Santiago del Estero respondió fielmente, juntando hombres y dinero.

Pero el año de 1821, lo encontró rodeado de enemigos. El gobernador de Tucumán, Bernabé Araoz, reticente a contribuir de cualquier forma al fortalecimiento del “tirano” Güemes, ataca Santiago para evitar que esta enviara cualquier apoyo a Salta. Debió el insigne salteño, ir con sus hombres a socorrer a los santiagueños. Esas disensiones en el campo patriota, fueron hábilmente aprovechadas por los españoles. El general Olañeta, avanza sobre Salta. El Cabildo de su ciudad, en mayo, a pesar que Güemes esta ausente, lo destituye, en connivencia con el enemigo... Hasta ofrecen una misa por la “feliz ocupación”. Es la conocida Revolución del Comercio, uno de los episodios mas funestos en las guerras por la independencia, la cual provoco que la victoria definitiva se postergase unos duros años mas.

Puede que en la ciudad haya perdido su poder. Pero en la campaña, su prestigio estaba intacto. El gobernador interino, José Ignacio Gorriti, destruye la vanguardia realista en Jujuy, capturando inclusive a quien la dirigía, el coronel Guillermo Marquiegue.

Güemes retorna rápidamente a su provincia, pero ya los españoles se retiraban. Aunque los otros enemigos quedaban. Los comerciantes habían distribuido cantidades ingentes de dinero entre los soldados que quedaron en la ciudad, con la esperanza de tener una fuerza que rechace al gobernador que volvía. El 31 de mayo, con solo 25 hombres de su escolta, Güemes se presentaba ante los hombres enviados en su contra. Bastaron unas palabras suyas para que todos se pasaran a su lado. En aquella ocasión dijo:

“Por estar a vuestro lado me odian los decentes; por sacarles cuatro reales para que vosotros defendáis su propia libertad dando la vida por la Patria. Y os odian a vosotros, porque, os ven resueltos a no ser más humillados y esclavizados por ellos. Todos somos libres, tenemos iguales derechos, como hijos de la misma Patria que hemos arrancado del yugo español. ¡Soldados de la Patria, ha llegado el momento de que seáis libres y de que caigan para siempre vuestros opresores!".

¡Esa era la libertad por la que combatían, ese era el espíritu que insuflaba la Guerra Gaucha!

El comerciante Benítez, cordobés, va hasta el campamento realista, a cumplir la misión que le fue encomendada por sus pares: ofrecer 5000 pesos (obtenidos por una suscripción) y la ayuda necesaria para que los españoles puedan deshacerse del “tirano” que había regresado. Olañeta envía al coronel Valdez, con una selecta tropa de 400 infantes, a terminar con el aborrecido jefe de los gauchos. Guiados por baqueanos, los españoles se adentran en la ciudad y se enfilan a la casa de la hermana de Güemes, en la cual pernoctaba el general. Alertado, evita escapar por una puerta secreta, para no abandonar a su escolta (puesto que la muerte esperaba a los suyos en caso de ser capturados). Logra montar y sortea raudamente los piquetes de fusileros españoles, pero una bala lo hiere gravemente. Era el 7 de junio. Continua, a pesar de la herida. Sus principales oficiales son aprehendidos, varios son pasados por las armas, y otros son dejados vivos para ser cambiados por los prisioneros que tenia Gorriti.

Güemes se moría, a pesar de los cuidados que le dispensaban sus allegados, y por sobre todo sus gauchos, la sombra se cierne sobre su faz. Muere el 17 de junio, no sin antes haber hecho jurar a sus soldados, que expulsarían una vez más al enemigo español de su tierra. Recostado sobre un catre, a la intemperie, se cierran finalmente los ojos de este gran hijo de la Argentina, de este gran Americano. Rodeado por sus gauchos, deja de latir su corazón. Pero habrá escuchado los ecos que le traía la Cordillera. Al otro lado, en el Perú, San Martín, avanzaba irresistible. Los clarines de las fuerzas argentino-chilenas anunciaban el fin de la opresión. Bolívar, desde el Norte, dirige sus bayonetas hacia el núcleo del despotismo ibérico. Tal vez Güemes haya sentido pena al no poder ir al encuentro de su General a Lima, pero ya mas no podía, su vida se le escapaba. Y habrá sentido alivio, porque esos ecos le decían, que su deber estaba cumplido, y que la victoria de los americanos, estaba sellada. Tenía solo 36 años, pero su grandeza esta destinada a perdurar por los siglos. Hasta la muerte de un libre, tiene ribetes de majestuosidad y belleza. Apenas hicieron falta unas semanas para que sus gauchos cumplieran su juramento, arrojando definitivamente a los realistas, quienes ya nunca más hollarían ni Jujuy, ni Salta. Moría un hombre, pero nacía una Patria, una Patria que es inmortal gracias al sacrificio de sus vástagos, altivos y dignos hijos suyos, como el General Martín Miguel de Güemes.



Ricardo González Benítez.

28 de noviembre de 2008

HOMENAJE A LA VUELTA DE OBLIGADO

Como sin duda los diarios "serios", o pasquines, al igual que los medios radiales o televisivos no mencionarán ni honrarán la épica jornada de la vuelta de Obligado que es el día de la Soberanía Nacional, para no hacerme cómplice de ese silencio, y en honor y entrañable recuerdo de los héroes de obligado, les rendiré a través del presente mi humilde homenaje y reconocimiento.

Fue un 20 de Noviembre de 1845. El Restaurador de la Leyes había ordenado al General Mansilla que impidiera que la fuerza invasora de Francia y de Inglaterra se entrometiera y navegara sin autorización por el Río Paraná.

Mansilla acata de inmediato el mandato de Juan Manuel y en el recodo de la Vuelta de Obligado prepara la defensa. Como símbolo de la poética epopeya encadenará el gran río para impedir el avance invasor. Son las 7 de la mañana.

Ha despuntado el sol. La tropa está formada. El General Mansilla pronuncia la proclama:

"Viva la Confederación Argentina!!!
Mueran los salvajes unitarios!!!!!!!!

"Milicianos del Departamento del Norte!! Valientes soldados Federales, defensores denodados de la Independencia de la República y de la América!!!

Los insignificantes restos de los salvajes unitarios… vienen hoy sostenidos por los codiciosos marinos de Francia y de Inglaterra, navegando las aguas del Gran Paraná, sobre cuya costa estamos para privar su navegación bajo de otra bandera que no sea la nacional!!...

¡¡Vedlos, Camaradas, allí los tenéis!!!... Considerad el tamaño del insulto que vienen haciendo a la Soberanía de nuestra Patria, al navegar las aguas de un río que corre por el territorio de nuestra República, sin mas títulos que la fuerza con que se creen poderosos. ¡¡Pero se engañan esos miserables: aquí no lo serán!!… ¿No es verdad, Camaradas? ¡Vamos a probarlo! … ¡Suena el cañón! Ya no hay paz con la Francia ni con la Inglaterra. ¡¡¡Mueran los enemigos!!!... Tremole en el Rio Paraná y en sus costas el pabellón azul y blanco , y muramos todos antes que verlo bajar de donde flamea.

Sea esta vuestra resolución, a ejemplo del heroico y gran porteño, nuestro querido Gobernador Brigadier don Juan Manuel de Rosas, y para llenarla contad con ver en donde sea mayor el peligro a vuestro jefe y compatriota el General

LUCIO MANSILLA.

¡¡Viva la Patria!!¡¡Viva la Independencia!!¡¡Viva su heroico defensor don Juan Manuel de Rosas!!


¡¡Mueran los salvajes unitarios y sus viles aliados los anglofranceses!!"

Esta magnifica proclama fue pronunciada por el bizarro jefe a viva voz , frente a la emocionada tropa, y con los barcos enemigos a la vista.

La banda de Patricios entona los compases del Himno Nacional.

Todo el Rio, toda la Patria, la América toda y el mundo entero escuchó el estribillo final: "O juremos con gloria morir" y el consiguiente y atronador "¡¡Viva la Patria!!".

Mansilla ordena abrir el fuego.

La diferencia de fuerzas es descomunal. Los invasores venían con más de seis mil hombres y sus barcos superaban los 400 cañones. Entre ellos había vapores, bergantines, fragatas y corvetas.
Nuestros cañoncitos en la vuelta de Obligado no fueron mas de 35. Sus calibres eran entre 8, 10, 12, 18 y uno sólo de 24. Las bocas de fuego enemigas contaban con un calibre entre 30 y 80; y resultaban la última técnica conocida en artillería.

El enemigo utilizó la última tecnología europea en materia de granadas; las francesas "paixhans" de un poder mortífero desconocido en estos lares al igual que los "Howitzers", lanzados desde los vapores que causaron una espantosa destrucción en nuestras tropas".

Cabe recordar que los cañones con que Inglaterra hizo la nefasta guerra del opio en China fueron los mismos que se emplearon en Obligado.

La batería de Thorne se transforma en un infierno incesante de fuego, que sólo cesará cuando el mismo cae seriamente herido. Como consecuencia de ello, no volverá a oír y se ganará el apodo de "el sordo de obligado". A las 4 de la tarde nos quedamos sin munición para los cañones. Los anglofranceses aprovechan esta circunstancia y desembarcan.

El General Mansilla ordena cargar a bayoneta, dando el ejemplo, conduce a sus infantes, resultando herido en el estómago. El enemigo debe reembarcarse. El Teniente Facundo Quiroga, hijo del caudillo, combate heroicamente; al igual que el Coronel Vicente González, el famoso "Carancho del monte".

Nuestra caballería entra en acción siendo bombardeada y ametrallada desde los barcos, y con numerosas bajas recibe la orden de retirarse tierra adentro. Sin embargo quedarán muy cerca con el objeto que las tropas de desembarco no puedan avanzar mas que un centenar de metros y de esta forma ni siquiera logren hacer una "cabeza de playa".

Después de mas de diez horas de implacable lucha, con las barracas sembradas de cadáveres, y sin munición; los argentinos se retiran. Murieron 240 hombres y hubo mas de 400 heridos.
Para las fuerzas invasoras fue una victoria a lo Pirro.

Mas adelante, serían enfrentados en El Quebracho, San Lorenzo, Tonelero, etc. Finalmente se darían cuenta que, como decía el General San Martín "los argentinos no se comen de un bocado como empanadas".

Como en los cuentos de hadas, finalmente, este hecho glorioso concluirá con el retiro de los invasores y un tratado en el que Inglaterra reconocerá que la navegación del río Paraná es exclusiva de nuestros barcos. Devolverá todos los buques, que nos había tomado; y en desagravio al Pabellón Nacional ejecutará 21 tiros de cañón!!!!!!!

Lo que da mas valor a este triunfo es que los unitarios apoyaron a las fuerzas francesas e inglesas en su odio a Rosas. El General Garibaldi, al cual nuestro heroico Brown terminó sacando a puntapies, saqueó, violó y destruyó los indefensos pueblos litoraleños. Tal vez por eso la masonería le levantó la estatua en pleno Palermo, frente a la residencia del Restaurador.

En Obligado se vieron actos surrealistas de un valor increíble como aquel Teniente Romero, quién disparó el ultimo cañonazo –de nuestra parte y, al no quedarlo ya ni un saquete, trepó enardecido y vibrante sobre su cañón, montandolo como si se tratara de un caballo, dando vivas a la Paria y carajeando al enemigo. Un proyectil de un buque silenció su sinfónica proclama y terminó con su vida terrena….

O aquél otro que con su caballo y lazo en mano enlazó nada menos que un cañón de uno de los temibles buques.

Obligado fue un símbolo, una epopeya fundacional, no solo geopolítico, sino también óntico y metafísico.

Hoy el Teniente Romero vuelve a carajear al enemigo y nos convoca e insta a una nueva batalla de Obligado.

Si alguno de ustedes es o se siente poeta, qué mejor, que como un Ulises, Píndaro, Virgilio, Dante o Martín Fierro cante esta heroica gesta.

No los molesto más. Pero los apremio a no olvidar este triunfo de toda Hispanoamérica contra el leviatán. Y los insto a que de algún modo; cada uno verá cómo, cumplan con el mandamiento de piedad filial honrando a todos aquellos que dieron su vida por la Patria o combatieron por ella.

Un fuerte abrazo. Con el cariño de siempre de

Por Juan Antonio Vergara del Carril

29 de octubre de 2008

SAN MARTIN, ROSAS, PERON. UN HOMENAJE A FERMIN CHAVEZ

EL 26 DE NOVIEMBRE A LAS 19 HS SE PRESENTA EN EL INSTITUTO JUAN MANUEL DE ROSAS (MONTEVIDEO 641) EL LIBRO:



"SAN MARTIN, ROSAS, PERON. UN HOMENAJE A FERMIN CHAVEZ", EDITORIAL FABRO, Y ESCRITO POR FEDERICO GASTON ADDISI.





SE VENDERAN EJEMPLARES AL PUBLICO, Y SE LES FIRMARA EL MISMO A QUIEN LO DESEE; A CONTINUACION HABRA UN VINO DE HONOR PATRIOTA Y FEDERAL.

Sobre el libro expresó el eminente historiador Pablo Hernández, autor de entre tantas obras, de sus eminentes "Conversaciones con..." y quien será el encargado, junto al Profesor Sulé, Presidente del Instituto de presentar el libro:

" ¿Es “San Martín – Rosas – Perón” una línea histórica o en cambio, tal vez desde un abordaje menos pretencioso, solo una consigna militante?
El dilema, así planteado, puede inducirnos al error. La mesura y la verdad serán las que resulten beneficiadas, por el contrario, si es que volvemos la mirada a la frase de George Winter que Arturo Jauretche rescata en su magistral Política nacional y revisionismo histórico: “la historia es la política del pasado y la política la historia del presente”.
Fue a partir de 1955, por de pronto, que los obreros argentinos abroquelados en sus sindicatos recurrieron a la imagen de Rosas para simbolizar a la de Perón prohibida por la autodenominada Revolución Libertadora. Eran los personeros de esa feroz dictadura quienes, paradójicamente, al tildar al gobierno peronista de “segunda tiranía” hicieron más por la difusión del pensamiento revisionista que el compacto grupo de valiosos investigadores que venía bregando por la revisión de la historia.
Los jóvenes sectores de la clase media que promediando los sesenta empezaron a acercarse a lo popular continuaron la picada abierta por el sindicalismo. La bandera azul y blanca con el rostro de los nombrados, transformada a veces en carteles que empapelaban las paredes de la ciudad, daban cuenta del accionar de quienes venían del nacionalismo. Los de mayores urgencias, en tanto, atronaban actos y marchas con su propuesta contundente: “San Martín, Rosas, Perón / para la liberación”.
La militancia peronista era respaldada en lo intelectual, desde luego, por historiadores que también eran militantes. José María Rosa le dio carácter popular a esa revisión en la doble dimensión de entender al pueblo como protagonista y de transformar en masiva la venta de las publicaciones que se ocupaban del tema. Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Duhalde, en agosto de 1968, al mismo tiempo que como abogados defendías a lso trabajadores y a los presos políticos, editaban San Martín y Rosas, política nacionalista en América, una singular selección de textos precedida por un agudo ensayo que ya en su título adelantaba la existencia de “la línea nacional americana”.
En esta primera década del siglo XXI viene bien, entonces, un libro como el de Federico Gastón Addisi, que aparece para plantear cuestiones que en su momento parecieron definitivamente resueltas y que sin embargo reclaman hoy nuevos (aunque antiguos) debates.
La muy sólida antología presentada como primer capítulo del volumen, demuestra con nombres plurales la existencia y la riqueza de esa línea histórica que, sin embargo, aparece incompleta y más ligada a la consigna que a la historiografía, si es que no aclaramos que en rigor, forma parte de una tendencia más amplia que incluye hombres imprescindibles como José Gervasio Artigas e Hipólito Irigoyen. Fermín Chávez, el homenajeado en el libro, ya había hecho también el aporte al listado: varios de sus libros son biografías de los caudillos del interior y la Confederación Argentina posterior a Caseros fue por él rescatada como una posibilidad nacional que sería vencida recién en Pavón.
Los capítulos y el apéndice dedicados al autor entrerriano son antológicos, entendiendo al término no sólo como selección sino como un contundente adjetivo calificativo.
El reportaje que le realiza Federico Gastón Addisi – uno de los últimos contestados por Fermín – vale, entre otras cosas, como cimiento de esa futura biografía que ya tiene como antecedente el delicioso Fermín Chávez, poeta, dibujante, historiador, que publicara Alberto González Arzac.
La entrevista que apareciera en Crisis en mayo de 1975, obra del talentoso escritor Jorge B. Rivera, es a su vez, una fiesta para la lectura y un mérito adicional del compilador del volumen, pues el rescate de esa pieza periodística para los nuevos lectores, nos lleva con su contundencia, otra vez al principio: es imposible separa la línea histórica de lo que es incitante propuesta al debate y apertura a las consignas que demanda el presente y lo por venir.
Valga, por último, una muestra de la combativa vigencia de Fermín Chávez. Con su rotunda defensa del industrialismo, este valioso hombre del mejor Entre Ríos – el del gaucho Antonio Rivero entre otros – señala que es el trabajo el camino que conduce a la felicidad del pueblo y a la grandeza de la patria americana. No estaría mal que lograran reparar en ello esos comprovincianos de Fermín que quizá aturdidos por la algarabía de la comparsa y obnubilados por alguna circunstancial “pirata del oficio”, hablan absurdamente hasta de “contaminación visual” mientras bregan, hermanados en los hechos con José Alfredo Martínez de Hoz, por voltear cualquier chimenea que se parezca a aquéllas que levantó Perón".

Pablo José Hernández
Temperley, 17 de octubre de 2008



Sobre el mismo tema, y entusiasmado por seguir contribuyendo a la difusión de libros del Pensamiento Nacional expresó el Editor:


"La presente antología tiene como intérprete a Federico Gastón Addisi, un joven con “pensamiento nacional”, de esos que no abundan y de los que sería bueno cultivar. Federico se anima con mucha pasión y solvencia a discernir sobre un tema históricamente espinoso: la simetría San Martín, Rosas, Perón. Y aún más, nos introduce a un merecido homenaje a uno de los hombres más importantes de nuestra historia contemporánea, el “Maestro Fermín Chávez”, reconocido no sólo por su excelente desempeño en su labor académica, historiográfica, periodística, política, sino por su intachable conducta como ser humano. Si bien nos queda el vacío de no tenerlo cerca físicamente, permanece en nosotros todo el saber y el respeto que este gran hombre de nuestra cultura nos ha transmitido.
Nuestra editorial comienza sus trabajos editando los “últimos dos libros” del homenajeado y nos complace continuar en la senda de los grandes protagonistas del Pensamiento Nacional.
Esperando que las autoridades dispongan de un homenaje con todos los merecimientos del caso, (ya que en vida, como ha sucedido con la mayoría de estos “hombres nacionales”, fue muchas veces silenciado y condenado al ostracismo), Federico Gastón Addisi hace punta y nos muestra el camino".


Fabián D’Antonio
Director Editorial

15 de octubre de 2008

BOLETIN "LA RECONQUISTA", AÑO 2, N° 9





JOVENES REVISIONISTAS.
“LA RECONQUISTA”. Año 2. N. 9.

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11 de Octubre de 1833. “Día de la Lealtad Rosista”.
La Revolución de los Restauradores.



El mes de Octubre en la Historia Argentina es un mes asociado a la Lealtad del pueblo argentino para con sus líderes naturales.
Un 17 de octubre de 1945 el pueblo argentino rescató de su cautiverio al por entonces Coronel Perón, constituyendo de ahí en más lo que actualmente se conoce como “Día de la Lealtad”.
Varios años antes, un 11 de octubre de 1833, el pueblo de la ciudad y la campaña de Buenos Aires se levantaron ante la autoridad constituida para impedir que se juzgara al “Restaurador de las Leyes”, constituyendo lo que se conoce en la Historia Argentina como la “Revolución de los Restauradores”. Por sentido común y analogías de la historia, sugerimos llamar a esta conmemoración como “Día de la Lealtad Rosista”. Y es a este acontecimiento histórico al que vamos a referirnos.
Hacia mediados de 1832 el partido Federal estaba ferozmente dividido entre los "doctrinarios", "cismáticos" o "lomos negros" y los leales al Restaurador, los "ortodoxos" o "apostólicos". La Legislatura de Bs. As le ofreció varias veces a Rosas que ejerciera nuevamente el cargo de gobernador. Este rechazó la oferta, y en cambio comenzó a preparar una expedición al desierto para extender y asegurar las líneas de frontera, rescatar cautivos, y afianzar la política con los indios amigos.
El resultado de su expedición fue la conquista para nuestro país de cerca de 100.000 kilómetros cuadrados de territorio hasta Neuquén y Río Negro en los Andes, rescatando también a dos mil blancos cautivos de las tolderías.
Desde la ciudad no llegaban noticias alentadoras, pues la misma se encontraba en un clima de ebullición política. Juan Ramón Balcarce había asumido la gobernación de Buenos Aires y desde el principio mismo de su gestión tuvo problemas, sobre todo, con la designación como ministro de Guerra del general Enrique Martínez, referente y director de la facción federal sin Rosas, sin los hombres de Rosas y sin la política de Rosas.
El aire enrarecido llegó a su punto más álgido cuando un tribunal iba a sesionar para enjuiciar al “Restaurador de las Leyes”, claro que no se trataba de Juan Manuel de Rosas, sino del diario que llevaba ese nombre y que constituía el órgano de prensa de los apostólicos. Ese día la ciudad amaneció empapelada con grandes afiches que en letras tipo catástrofe de color rojo anunciaban: "Hoy juzgan al Restaurador de las Leyes".Una multitud se congregó en el Cabildo, sede de la administración de justicia, ocupando las galerías y el patio. El griterío y las consignas hicieron imposible que se lleve adelante la sesión. El pueblo común, la “chusma”, el gauchaje, era el núcleo esencial del levantamiento. No eran los “federales de categoría”, aunque también ellos participaron, sino el conjunto de un pueblo agradecido que pedía por su conductor. Moviendo los hilos de la “Revolución de los Restauradores”, se encontraba nada menos que la Heroína de la Federación, Doña Encarnación Ezcurra. Ella misma se lo expresaba a Don Juan Manuel un tiempo antes del levantamiento: “Cada día están mejor dispuestos los paisanos, y si no fuera que temen tu desaprobación, ya estarían reunidos para acabar con estos pícaros antes que tengan más recursos" (23/ago/1833). Rosas no contestaba. "Yo les hago frente a todos y lo mismo me peleo con los cismáticos que con los apostólicos... aquí a mi casa no pisan sino los decididos" (14/sep/1833). Rosas guardaba silencio.
La “Revolución de los Restauradores” fue no sólo una revolución política, sino también social. En la misma, como quedó dicho, participaron caudillos de barrio y sus séquitos de hombres de avería con soldados y guerreros de la independencia, a gauchos de "hacha y chuza" con hacendados de la viejas familias patricias como los Anchorena, Arana y Terrero. Había hecho su “debut” la Sociedad Popular Restauradora, más conocida como “La Mazorca”.

Mariano Rolón, y el General Agustín de Pinedo fueron los jefes militares de la revolución.
El 1º de noviembre Pinedo dio la orden de avanzar sobre la ciudad. Sus fuerzas sumaban 7.000 milicianos armados. La Legislatura, pidió veinticuatro horas. Al día siguiente cayó el gobierno de Balcarce. A este lo sucedió Viamonte quien también duró poco en el poder. El vacío político que producía gobernar sin la voluntad mayoritaria –que quería a Rosas en el poder- hacía imposible cualquier gestión.
A la caída de Viamonte le sucedió en la dilación de la resolución de la crisis el interinato de Manuel Maza, presidente de la Legislatura. Pero en febrero del año siguiente, fue asesinado vilmente el general Quiroga en Barranca Yaco.
La Legislatura de Buenos Aires sancionó entonces la ley del 7 de marzo de 1935, por la que se otorgaba el gobierno a don Juan Manuel de Rosas por cinco años, y con la suma del poder público. Pero Rosas no aceptó. Para hacerlo pidió que se convoque a un plebiscito que dotará de legitimidad un gobierno de tales características.
El plebiscito del 26 de marzo de 1835 arrojó un resultado aplastante: 9.316 votos a favor y 4 en contra. Era el triunfo definitivo de Rosas y de la “Revolución de los Restauradores” iniciada el 11 de octubre de 1833.

FEDERICO GASTON ADDISI.


Bibliografía:

- RIVANERA CARLES, Raúl, Rosas, Liding S. A, Bs. As, 1979.
- Revista Revisión, Agosto de 1959, p. 6.
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12 DE OCTUBRE: DIA DE LA RAZA, DIA DE LA HISPANIDAD

La Libertad y la Igualdad vienen de la Conquista y no por la siniestra Revolución Francesa



Hasta la llegada al poder del Brigadier General Juan Manuel de Rosas bien entrado el siglo XIX, y tras su caída en 1852, la desinformación liberal divulgó la idea de que Argentina y el resto de los países iberoamericanos tenían una cultura afrancesada y para nada hispánica. No faltaron ejemplos para tal comprobación en el orden local: desde presidentes argentinos (Bernardino Rivadavia, Domingo Faustino Sarmiento y Bartolomé Mitre, por nombrar algunos), pasando por la arquitectura de los palacios de las familias más acomodadas y recalando en los modismos y giros lingüísticos que los círculos de dirigentes preferían utilizar, todo pareció importante para borrarle al pueblo argentino sus orígenes criollos e hispanistas.
Pero la desfiguración no quedó allí, pues al reemplazo forzoso le siguió el desprestigio más contumaz y despiadado contra el legado de la España monárquica. Para entonces comenzaba a tomar forma el mito de la “Leyenda Negra” de la Conquista de los siglos XV y XVI. Y aunque recién en las décadas de 1960 y 1970 se plasmó la corriente subversiva del “indigenismo progresista”, también en el siglo XIX ya podía oírse despotricar satánicamente a los hidalgos conquistadores por el supuesto maltrato que le “propinaban” a los indígenas de América.
No obstante la maliciosa propaganda emanada de las usinas modernistas, nos encontramos que fue la colosal y civilizadora empresa conquistadora la que se anticipó por mucho a la Revolución Francesa en el otorgamiento de los derechos de Libertad e Igualdad de sus pueblos. Las Leyes de Indias fueron promulgadas para fomentar la igualdad entre indios y españoles, y para facilitar el matrimonio entre ellos. A su vez, la legislación para el Nuevo Mundo contemplaba la mezcla de las razas y la conjunción de las instituciones y los sistemas políticos.
Lejos de atribuirle a la Conquista el carácter de empresa “de pillaje y aventuras del clero, la nobleza y el ejército”, como pretenden los mitómanos de la era globalizada, hay que recordar los datos del geógrafo Juan López de Velazco quien a fines del siglo XVI calculó en no más de 160.000 los españoles que estaban en tierras americanas. De ellos, 4.000 eran encomenderos, mientras que el resto se distribuían en campesinos, comerciantes, mineros y soldados. Nada nos dice sobre hombres del clero o de la nobleza.
Otro rasgo significativo a destacar es que no hubo indios esclavizados que repartir, sino que lo que se repartieron fueron las tierras, que fueron distribuidas en solares, quintas, chacras y estancias, originándose, de tal modo, una incipiente clase media propietaria, pues la tierra era un bien al que todos pudieron acceder. Se fijó, asimismo, que el valor de las porciones de tierra estaba dado por el trabajo que se le daban. Nada más justo que un tal sistema.
El abate Juan Nuix y Perpiñá expresó cierta vez que “el concordar el cultivo con la libertad y conveniencia de los Indios, fue el mayor negocio y el importante objeto que ocupó gloriosamente por espacio de muchos años toda la atención de nuestra Corte. Y fue tanta la generosidad de España, que algunas veces se puso a pique de perder las Colonias por conservar y aliviar a los Indios”.
Podemos inferir que derechos esenciales como la Libertad y la Igualdad se establecieron porque a América se la consideró, desde un principio, como parte integrante de la monarquía española. Es más, los Reyes Católicos habían jurado mantenerlas unidas para su mayor perpetuidad, y esto implicaba la prohibición total de su enajenación, así como el otorgamiento de derechos e ideas fundamentales para sus habitantes.


Hernandarias, el legado ejemplar de la Conquista

Aunque Hernando Arias de Saavedra nació en Asunción, fue él quien heredó de sus antepasados –su padre había sido un oficial del descubridor de las Cataratas del Iguazú, Álvar Núñez Cabeza de Vaca- la cosmovisión y el ideario de la Conquista. Observamos que como Gobernador del Río de la Plata, en 1602, decide estimular y defender la constitución de la familia, al tiempo que prohíbe terminantemente el trabajo de menores de quince años y a los mayores de sesenta, sean éstos hombres blancos o indios.
En el mismo sentido, el Conquistador y Gobernador Hernandarias obliga a los encomenderos a vestir y alimentar a los indios, e impone castigos a los que hagan escándalo y fomenten el juego y la bebida. Respecto de los indios caciques, sus mujeres y sus hijos, Hernandarias llamaba a que se guarden y respeten sus preeminencias, privilegios y libertades, declarándolos exentos de otros servicios que no fueran los de su pueblo y tribu.
En cuanto a los sueldos y salarios de los encomenderos, recuérdese que antes de que Hernandarias sea gobernador del Plata, los indios trabajaban sin percibir sueldo alguno, si bien eran enseñados en el oficio. Por eso cuando llega al poder, Hernandarias prevé el caso de los indios “que sirven sin sueldo y salario cierto y determinado”, ordenando “que se les provea de todo lo necesario para el sustento de su vida”.
Estos hechos de auténtica igualdad entre los hombres anteceden casi tres siglos a los que pudo haberse proclamado durante y después de la sanguinolenta y masónica Revolución Francesa de 1789. Sin embargo, la versión oficial de los hechos descarta completamente la obra visionaria de la hispanidad.
Hernando Arias de Saavedra actuó con un grandioso ideal de justicia y caridad cristiana, el cual estaba basado en los principios de una confraternidad precursora del vínculo nacional que culmina en la hora de la discrepancia y de la revolución emancipadora de mayo de 1810.

Gabriel Oscar Turone


Bibliografía:

· Candioti, Luis Alberto. “Hernando-Arias de Saavedra”, Editorial Castellyi, Santa Fe, 1945.
· Levene, Ricardo. “Las Indias no eran Colonias”, Corregidor, Bs. As, 1991.

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Breve síntesis de las leyes del Derecho Hispano.

Las leyes aplicadas en los dominios hispanos, fueron de dos tipos: las peninsulares (que regían en España e islas adyacentes y en el África) y las ultramarinas o indianas.

Legislación Española.

Los Fueros: Documentos concedidos por el Rey (Fueros Reales) y posteriormente por la nobleza (Fueros Señoriales) los cuales contenían privilegios por los que se eximían de tributos, servicios, gravámenes, se regulaban las relaciones de quien los concedía a los habitantes.
El Fuero Viejo: Durante el reinado de ALFONSO III (866-910 d.C.), los nobles castellanos solicitaron al monarca la confirmación de sus fueros. Contiene 240 leyes, en cinco libros y 33 títulos.
El Fuero Real: Promulgado en 1255 por el Rey ALFONSO X de Castilla y León. Esta codificación fue conocida como Fuero del Libro de los Consejos de Castilla. Se encuentra dividido en 4 libros, 72 títulos, y 550 leyes, que abarcan temas sobre el oficio del rey, la ley, el Derecho Penal, los matrimonios y la materia judicial.
Las Leyes de Estilo: Las decisiones originadas en el Fuero Real, fueron recogidas con fines didácticos en las 252 llamadas Leyes de Estilo o Declaración de las Leyes del Fuero.
Las Siete Partidas: Dictadas bajo el reinado de ALFONSO X "El Sabio", tuvieron gran influencia del Derecho Romano. Las mismas contaban con 2.208 leyes, divididas en siete partes: a- Primera Partida: Trata sobre las fuentes del Derecho, del Derecho Eclesiástico y del dogma. b- Segunda Partida: Incluye aspectos político-administrativos como la sucesión a la Corona, los funcionarios y otras. C- Tercera Partida:Contiene normas procesales y algunas de Derecho Civil y Mercantil. d- Cuarta Partida: Contiene normas sobre Derecho de Familia (matrimonios, filiación, paternidad, adopción, patria potestad), aspectos sobre las personas y normas sobre la organización social de la España medieval (relaciones entre los vasallos y los feudos). e- Quinta Partida: Dedicado al Derecho de Obligaciones y Contratos, las cuales marcan gran influencia del Derecho Romano. f- Sexta Partida: Contiene normas sobre Derecho Hereditario y sucesiones. g- Séptima Partida: Contiene normas de Derecho Penal y procedimientos en esta materia (Derecho Procesal Penal).
El Fuero de Nájera: En 1138, el Rey ALFONSO VII "El Emperador", aprobó el llamado "Fuero de Nájera", que contiene el reconocimiento del monarca de los privilegios de la nobleza castellana.
El Ordenamiento de Alcalá: Promulgadas en 1348 por ALFONSO XI en las Cortes de Alcalá de Henares con el interés de unificar la legislación existente. Contiene 125 leyes abarcadas en 32 títulos dedicados a diversos temas jurídicos (procedimientos judiciales, leyes penales, bienes, contratos, sucesiones).
El Ordenamiento Real o de Montalvo: Por orden de los REYES CATÓLICOS, el jurista ALONSO DÍAZ DE MONTALVO, concluyó en 1484 esta colección que fue conocida además como Ordenanzas Reales de Castilla. Las fuentes de este documento se encuentran en el Fuero Real y en el Ordenamiento de Alcalá. Se divide en 1.063 leyes, en ocho libros con ciento quince títulos: a- Libro I: Derecho Eclesiástico; b- Libro II: Derecho Político (oficios reales y de la Corte); c- Libro III: Derecho Procesal; d- Libro IV: Derecho Político; e- Libro V: Derecho Civil (matrimonios, sucesiones, ventas, etc.); f- Libro VI y VII: De las rentas regias y Derecho Administrativo; g- Libro VIII: Derecho Penal y Procesal Penal.
Las Leyes de Toro: La obra de DÍAZ DE MONTALVO no logró resolver la anarquía legislativa, por lo que la Reina ISABEL LA CATÓLICA formó otra comisión a tales efectos. En 1502 durante las Cortes de Toledo, se dictaron varias leyes. Sin embargo, fueron promulgadas en las Cortes de Toro en 1505, por el Rey FERNANDO EL CATÓLICO. Esta obra legislativa consta de 83 leyes.
La Nueva Recopilación de las Leyes de España: El Rey FELIPE II en 1567 puso en vigencia este cuerpo legislativo, que recogió normas del Fuero Real, el Ordenamiento de Alcalá, el Ordenamiento de Montalvo, las Leyes de Toro y algunas más. Este código excluyó aquellas disposiciones que contradecían el espíritu político impuesto por la Casa de Austria, monarquía reinante en España. Posteriormente, bajo el reinado de FELIPE V (de la casa de BORBÓN), se le agregó en 1732 un tomo de autos o resoluciones del Consejo.
La Novísima Recopilación de las Leyes de España: Esta obra fue ordenada por el Rey CARLOS IV, promulgada en 1805. Las 4.020 leyes estaban recogidas en doce libros dispuestos de la siguiente forma: a- Libro I: De la Santa Iglesia, sus derechos, bienes y rentas; prelados y súbditos; y el Patronato Real; b- Libro II: De la jurisdicción eclesiástica, ordinaria y mixta, y de los tribunales y juzgados en que se ejercen; c- Libro III: Del Rey, su Real Casa y la Corte; d- Libro IV: De la real jurisdicción ordinaria y de su ejercicio en el Supremo Consejo de Castilla; e- Libro V: De las cancillerías y audiencias del reino, sus ministros y oficiales; f- Libro VI: De los vasallos, su distinción en estados y fueros, obligaciones, cargas y contribuciones; g- Libro VII: De los pueblos y su gobierno civil, económico y político; h- Libro VIII: De las ciencias, artes y oficios; i- Libro IX: Del comercio; j- Libro X: De los Contratos, obligaciones, testamentos y herencias; k- Libro XI: De los juicios civiles, ordinarios y ejecutivos; l- Libro XII: De los Delitos y sus penas, y de los juicios criminales.
Legislación Indiana

El Derecho Indiano o Derecho en Indias, consistió en "El conjunto de normas jurídicas o disposiciones legales que surgen por voluntad de los monarcas españoles o por las autoridades legítimamente constituidas en América, como delegación de los reyes, y que tuvieron como objetivo fijar y regular las relaciones políticas, administrativas, penales, civiles, económicas y sociales entre los pobladores de las Indias Occidentales".

. Leyes de Burgos, sancionadas el 27 de diciembre de 1512, las cuales surgen en razón de la preocupación de la Corona por el constante maltrato a los indígenas, de acuerdo a los informes de los padres dominicos. A tales efectos, FERNANDO el CATÓLICO ordenó la formación de una junta de teólogos y juristas, a fin de encontrar solución al problema. Si bien es cierto que la inclinación de los miembros de la junta, determinaba que los indios eran seres libres y merecían tratamiento de seres humanos, se observaba que este debía estar sometido a la conducción española en procura de la total evangelización.

. Leyes Nuevas. Ante la problemática surgida a raíz del sistema de encomiendas, el Emperador CARLOS V dispuso convocar una junta de juristas a fin de resolver la controversia. En ellas surgen las llamadas LEYES NUEVAS, promulgadas en Barcelona el 20 de noviembre de 1542. No obstante, su aplicación causó grandes conflictos en los virreinatos de Nueva España y del Perú. El Rey FELIPE II ordenó recopilar las disposiciones que la Corona había dado para los dominios coloniales. En 1596 se logró tal fin, resultando que esta primera recopilación solo incluyó lo concerniente al Consejo de Indias y sus ordenanzas.

. Sumarios de la Recopilación General de las Leyes. Se publicaron en 1628.

. Recopilación de Leyes de las Indias. Durante el reinado de CARLOS II, se publicó finalmente en 1680 dicha recopilación. La edición impresa durante el reinado de CARLOS IV, contiene un total de 9 libros y 218 títulos con más de seis mil leyes, que contenían temas sobre la fe católica; de las leyes y la organización de la justicia; el dominio político (Autoridades y milicia); de los descubrimientos y poblamiento; división administrativa; asuntos policivos, penales y penitenciarios; Hacienda Pública; y de la Casa de Contratación.

DAMIAN OVIEDO.


Bibliografía:

- SIERRA, Vicente, Así se hizo América, Dictio, Bs. As, 1977.
- SIERRA, Vicente, El sentido misional de la conquista, Dictio, Bs, As, 1980.

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LOS REYES CATOLICOS Y SU TESTAMENTO:
LA JUSTICIA A SUS SUBDITOS INDIGENAS

1. El testamento de Isabel la Católica, mandato de evangelización, justicia y consideración para con los aborígenes de América (1504)

El testamento original de la reina se conserva en el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe. Una copia se envió al monasterio de Santa Isabel de la Alhambra de Granada. Y otro, a la catedral de Toledo, aunque desde 1575 pasó al Archivo General de Simancas. En él, dejó dicho que sus sucesores debían esforzarse en conquistar para el cristianismo el Norte de África, siguiendo la reconquista peninsular, pero el descubrimiento del Nuevo Mundo hizo que los esfuerzos de los reinos castellanos se alejasen de ese objetivo. Su empeño como defensora de la igualdad de sus súbditos americanos con los del Viejo Mundo, le han ganado el título de Precursora de los Derechos Humanos por importantes historiadores (ello a pesar de haber decretado en Castilla la conversión obligada de los judíos, so pena de expulsión, Decreto de Granada, y más tarde, empujada por su marido y por el papado, a romper Las Capitulaciones de Granada, pactadas con Boabdil, y obligar a la conversión a los musulmanes). A su muerte le sucedió la hija de ambos Juana, pero por poco tiempo, ya que fue declarada incapaz de reinar por "locura" y pasando el reino, primero al marido de ésta (Felipe I el Hermoso) y muy pronto al hijo de este matrimonio, y nieto de los Reyes Católicos, Carlos I.
El testamento en su parte referente a la defensa de los derechos de los súbditos aborígenes dice así: “Por cuanto al tiempo que nos fueron concedidas por la Santa Sede Apostólica las Islas y Tierra Firme del Mar Océano, descubiertas y por descubrir, nuestra principal intención fue al tiempo que lo suplicamos al Papa Alejandro Sexto, de buena memoria, que nos hizo la dicha concesión, de procurar inducir y traer los pueblos de ellas y convertirlos a nuestra santa fe católica, y enviar a las dichas Islas y Tierra Firme, prelados y religiosos y otras personas doctas y temerosas de Dios, para instruir [a] los vecinos y moradores de ellas en la fe católica, y enseñarlos y doctrinarlos [en] las buenas costumbres, y poner en ello la diligencia debida, según más largamente en las letras de la dicha concesión se contiene; por ende suplico al Rey mi señor muy afectuosamente, y encargo y mando a la dicha Princesa mi hija y al dicho Príncipe su marido, que así lo hagan y cumplan y que este sea su principal fin, y en ello pongan mucha diligencia, y no consientan ni den lugar que los Indios vecinos y moradores de las dichas Indias y Tierra Firme, ganadas y por ganar, reciban agravio alguno en sus personas ni bienes, mas manden que sean bien y justamente tratados, y si algún agravio han recibido lo remedien y provean por manera que no se exceda en cosa alguna lo que por las letras apostólicas de la dicha concesión nos es infungido y mandado”.

2. Leyes de Indias.

Toda organización humana deriva siempre de una posición jurídica. Perseguir el conocimiento de la serie de acontecimientos que integran la historia argentina sin referencias precisas sobre el origen y el proceso formativo jurídico importa renunciar a comprender su génesis y, lo que es más grave, esa su trascendencia que se ha prolongado en los siglos y que llega a nuestros días para continuarse en el porvenir.
La conversión de los indios a la fe de Cristo y la defensa de la religión católica en estos territorios fue una de las preocupaciones primordiales en la política colonizadora de los monarcas españoles. Esta actitud se reflejó ampliamente en las llamadas Leyes de Indias.
Las leyes de Indias no eran obligatorias por el solo hecho de haber sido ordenadas y selladas. No las dictaron teóricos que esperaban inventar o reformar una sociedad con una ley escrita, sagrada e inmutable: el culto a la letra de la ley no caracterizaba a los juristas españoles de los siglos XVI y XVII, ni tampoco tenían una estimación exagerada de sus genios legislativos, ni una adherencia irreflexiva a las teorías, ni, sobre todo, un desapego de las modalidades propias y apego a las foráneas que era en el fondo la característica de quienes buscaban reformas integrales.
La inefable América cinco veces centenaria, que no irrumpe en la historia universal sino más bien permite concebir la primera ecúmene de carácter planetario, tiene rasgos plenificantes desde la catolicidad hispana que primariamente la define. Hispanoamérica fue la resultante de una visión religiosa de la vida, del mundo y de la dimensión sobrenatural de la persona humana, generadora de la conciencia colectiva de responsabilidad ante Dios y de caridad hacia el semejante, reflejada en una legislación protectoria de los pueblos nativos. Lo que constituyó la más formidable experiencia histórica de los tiempos modernos, desde la fundante y nutricia evangelización.
Desde la segunda década del siglo XVI Indias el término generalmente aceptado para indicar las tierras incorporadas a la corona de Castilla. Las leyes son de Indias, el nuevo código es de Indias, los pasajeros van a Indias y lo mismo la flota. A nadie se le ocurre hablar de Hispanoamérica, Latinoamérica o Colombia. Y es definitorio que este nombre Indias sea sinónimo de institución jurídica pública ubicada en el hemisferio occidental ejerciendo tal fuerza que cuando Ovando preparó su famoso libro de las Leyes, al hablar ya del aparato jurídico si no de la base social, mencionaba la “República de los Indios” en oposición a la “República de los Españoles” y al hablar del aparato jurídico habla del “Estado de las Indias”. Todo ello nos proporciona una terminología exacta que ni siquiera incluye en ellas las islas Filipinas, ya que incluso en la Recopilación, las leyes de ésta son especiales; ni las Canarias que poseen, no obstante, ser el punto inicial para las Indias, su especial régimen jurídico, por ser diversos los elementos autóctonos. Por lo tanto, creemos, pues, perfectamente justificable el calificativo de Indiano, como derivado de la voz latina Indias, ya que esto corresponde exactamente a nuestro concepto de cultura y civilización pretérita.

SANDRO OLAZA PALLERO


Bibliografía:

GIMENEZ FERNANDEZ, Manuel, “Instituciones canónicas indianas (Apuntes para explicaciones de clase)”, en Anuario de Estudios Americanos XVIII, Escuela de Estudios Hispano-americanos, Sevilla, 1961.
LAFAYE, Jacques, Los conquistadores. Figuras y escrituras, Fondo de Cultura Económica, México, 1999.
OTS CAPDEQUI, José María, El estado español en las Indias, Fondo de Cultura Económica, México, 1965.
PESADO PALMIERI, Carlos, “El Quinto Centenario del Descubrimiento y Evangelización de nuestra América”, en Revista del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas Nº 29, Buenos Aires, Octubre-diciembre 1992.
ROSA, José María, Historia Argentina. Los tiempos españoles (1492-1805), Oriente, Buenos Aires, 1978, t. I.
SIERRA, Vicente D., Historia de la Argentina. Introducción conquista y población (1492-1600), Científica Argentina, Buenos Aires, 1970, t. I.

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COMENTARIO BIBLIOGRAFICO


En el año 2007 apareció reeditada, bajo el sello editorial de Corregidor esta obra del profesor Jorge Oscar Sulé titulada Rosas y sus relaciones con los indios, editada originalmente en 2003 por el Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas. En 1996 apareció ya un primer esbozo de este libro titulado Rosas y la problemática del indio (Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, Buenos Aires, 127 p.), donde el autor afirmaba que "el modesto trabajo que presentamos es apenas una introducción al gran trabajo que se merece este capítulo de la historia patria como son las relaciones entre las distintas comunidades aborígenes entre ellas y especialmente con ese gran gobernante que fue don Juan Manuel de Rosas". Sulé nos introduce en una versión aumentada, respaldada por amplia documentación y con sus correspondientes rectificaciones. No es exagerado decir que esta es considerada "la gran obra" del profesor Sulé, sujeta desde ya al aprecio y la crítica historiográfica. Su autor sigue siempre manteniendo interés por la temática abordada, lo que bien se refleja en la edición que suscita este comentario. El libro se sitúa en la "línea revisionista", como dice su autor Esta declaración le permite afirmar que "el Revisionismo estaba en deuda con este tema. Y si este esfuerzo no lo ha podido saldar totalmente, creemos que lo ha amortizado en gran medida. El elemento sociológico tiene una suma importancia para comprender el período posterior a Caseros, analizando los procesos históricos simultáneos siguiendo a Max Weber, para arribar a conclusiones finales de alta confiabilidad. Pone de relieve el respeto por Rosas a las etnias nativas y el reconocimiento de sus derechos existenciales. Así destaca una preocupación fundamental del caudillo bonaerense, como fue la introducción de la vacuna antivariólica entre los indios. La Sociedad Real Jenneriana de Londres, encargada de velar la memoria del inventor de la vacuna, le hace llegar su reconocimiento nombrándolo Miembro Honorario "en obsequio de los grandes servicios que ha rendido a la causa de la humanidad". Dentro de este orden de ideas, se lo puede considerar a Rosas como un precursor del sufragio universal sin restricciones, pues en carta de Manuel Corvalán, edecán del gobernador, fechada en noviembre 27 de 1837 y dirigida al Comandante del Fuerte Independencia expresaba respecto de las elecciones para Diputados del día 2 de diciembre: "y también deben votar todos los indios de tropa siendo de sargento para arriba". Por otra parte, recordemos que el buen tratamiento de los indígenas fue contemplado por la legislación castellana e indiana. Siguiendo esa línea, Rosas siempre prefirió conversar, negociar, consensuar. Vivió entre gauchos e indios y supo que estos últimos no eran renuentes a razones convincentes y generalmente esperaban a ser convocados para colaborar en las empresas de los "huincas”. En este trabajo, cabe apreciar la labor antropológica de Rosas, su autoría de una Gramática y Diccionario de la Lengua Pampa, lo que nos retrotrae a la metodología que empleó la Compañía de Jesús en su labor de acercamiento a los aborígenes.Entre la bibliografía general consultada por Sulé y mencionada al final por este insigne investigador están los siguientes autores: Juan Beverina, Lino Carbajal, G. Cuadrado Hernández, Beatriz C. Doallo, Alcides Dorbigny, Tomás P. Falkner, Jorge Fernández, Ernesto Fitte, Julio Benencia, Thomas Harrington, Federico Ibarguren, H. Mabragaña, Carlos Martínez Sarasola, Néstor Luis Montesanti, Mario O`Donnell, Narciso Parchape, Silvia Rato, Juan Manuel de Rosas, Luis Rimondi, Paul Rivet, Miguel Angel Scena, Dionisio Schoo Lastra, Alejo Vignati Milciades, Mario Visiconte, William Yates, etc. Entre los archivos oficiales y privados y repositorios en institutos oficiales consultados se encuentran: Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires, Biblioteca del Congreso Nacional, Academia Nacional de la Historia, Biblioteca Nacional Militar, Archivo General de la Nación, etc. Los diarios y revistas especializadas mencionadas por Sulé se encuentran: El Lucero, Colección Revista-Libro del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, Revista de la Junta de Estudios Históricos de Bahía Blanca, etc. Esta obra del prestigioso escritor Sulé ofrece a los lectores una interesante muestra sobre la cuestión indígena, de por sí un tema atrapante y avalada por la compulsa de más de 4.000 documentos. Jorge Oscar Sulé es nacido en Punta Alta (Provincia de Buenos Aires), es profesor en Letras, doctor en Sociología, miembro del cuerpo académico y Presidente del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas.

Sandro Fabricio Olaza Pallero

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Darwin Passaponti
“EL PRIMER PERONISTA”
Gritó ¡Viva la Patria! y recibió un tiro como respuesta.
Cuando se recuerda a Darwin Passaponti rápidamente se nos viene a la mente ese recurso cobarde que tienen los enemigos de la patria para enfrentar a sus más fieles defensores. De la vereda de enfrente familiares y compañeros reclamando simplemente justicia reciben excusas incoherentes o diatribas defensivas. Por lo pronto sus familiares de justicia ni hablar; solo el consuelo de miles de compañeros que a pesar del paso del tiempo, los recuerdan y los levantan como bandera. Darwin Passaponti nació un soleado día 1º del mes de noviembre de 1927, en Zenón Pereyra, un pueblo de Santa Fé. Descendiente de Cayetano Retamar y de Cándida Quiroga, una entrerriana, ferviente católica, mujer de avanzada, si pensamos que ella estudiaría en la Universidad de Tucumán, donde conoce a Trento Passaponti, que había nacido en Santa Fé, también farmacéutico.
El hilo conductor que antecede y acontece en este tipo de crímenes, como el de Darwin Passaponti, no es más que la efectivización del odio en respuesta del pedido de independencia, soberanía y justicia social de distintos compatriotas a lo largo de nuestra historia, y que efectivamente se vislumbra en determinados procesos históricos de liberación nacional. Siempre están dirigidos a compatriotas que no piden nada para sí, sino que pelean incansable y públicamente por una causa noble, el bienestar de un conjunto que no por casualidad siempre es el pueblo.

EL PRIMER PERONISTA
Era 17 de Octubre de 1945, el liberado Coronel ya había salido al balcón y anunciado el proceso de reconstrucción nacional que se avecinaba. La muchedumbre volvía a sus hogares después de esa movilización única, multitudinaria, espontánea y firmemente consciente que se vivió en el país.
La desconcentración se producía en paz. De pronto cuando la muchedumbre pasaba frente al diario “gorila” Crítica sonó una estampida. El tiro cobarde y certero tumbó a Darwin Passaponti.
Darwin contaba con tan solo 17 años cuando recibió esa descarga mortífera. Hoy asombra que un joven de tan temprana edad participase de una marcha por la liberación de un “simple Coronel”.
Con la efectiva conciencia de una cuna nacional decidido a cambiar el rumbo que en ese momento tenia la Patria, Darwin concurrió a defender la revolución que se iniciaba. ¿Se imagina hoy, 53 años después, a un joven de la misma edad, consciente, reclamando por la liberación de un Coronel que ansia la grandeza e inmortalidad de la Patria? Cómo cambian los tiempos!
Seguramente esa bala no estaba firmada con una sentencia personal, lo que se intentaba amedrentar era a ese gran movimiento que crecía a pasos agigantados, y que venia a brindarle al pueblo dos simples palabras: JUSTICA SOCIAL.
Ése cúmulo era el subsuelo de Patria que sublevado se hacía presente en “Plaza de Mayo” para reclamar la libertad de quien los estaba liberando de más de una década de oligarquía maléfica: ni más ni menos que un Coronel del ejército argentino. En definitiva la certera bala tenía como destino el pueblo, pueblo sentenciado por el solo hecho de comenzar a tomar conciencia de sus derechos, el pecho lo puso Darwin.
Ahora bien, el por qué debemos reconocer a Darwin como el primer peronista, la respuesta la tiene una carta enviada a su padre Trento Passaponti fechada en Madrid, el 20 de diciembre de 1967 acusando recibo del libro escrito por su padre, por parte del mismísimo Juan Domingo Perón quien dice:
"Querido compañero:
He recibido y le agradezco el envío de su libro La Chacra del Mangrullo, como las generosas palabras de su dedicatoria.
No sabe usted el placer que he tenido al leerlo porque yo he nacido en la estancia de mi padre en Lobos y he crecido después en otra estancia en la Patagonia, de manera que todo cuanto usted menciona me es casi familiar.
Muchas gracias por el buen rato que me ha proporcionado con tantos recuerdos.
Su amabilidad me ha traído el recuerdo de su hijo Darwin Passaponti, nuestro primer peronista, muerto el 17 de octubre de 1945 frente a Crítica y desde aquí me uní al homenaje que el Peronismo en su tumba rindió con motivo del aniversario de su fallecimiento y que en esta ocasión rememoro con emoción.
Le ruego acepte, con mi saludo más afectuoso, mi agradecimiento por todo.
Un gran abrazo”

LOS MISMOS ENEMIGOS HOY EVOLUCIONADOS
Hoy los recursos que se utilizan para desestabilizar a los movimientos genuinamente patrióticos evolucionaron. Ya no utilizan la fuerza de las balas y las bombas; los mismos enemigos de ayer; hoy se hacen de poder a través de otros medios, con actores similares: políticos rastreros, economistas cipayos, medios de comunicación masiva, etc. Aunque nos pese, a esos poderosos vendepatrias y sus sirvientes oligárquicos y entreguistas les resulta hasta mucho más barato “vender y comprar”.
Estos mismos que ayer asesinaron a Darwin, y que se rotulan de distintas maneras, son aquellos que mataron a Felipe Vallese, a Bertoglio, Minitiello, (acontecimiento detalladamente narrado en el excelente libro de reciente aparición de Juan Esteban Orlandini). También, esos mismo enemigos, asesinaron a José Ignacio Rucci, al padre Mugica, a Dirk Klosterman, a Alonso, a Oscar Smith, a todos los que pasaban por “Plaza de Mayo” el 16 de Junio de 1955 y recibieron la descarga de las bombas sobre sus cabezas, a los fusilados de junio del 56 y a los 30.000 desaparecidos, y otros tantos mas. Todos los asesinos de estos defensores de la Patria, directa o indirectamente, de la izquierda o derecha, responden siempre a los mismos intereses.
DARWIN PASSAPONTI, MILITANTES DE LA UNES, DIFÍCILMENTE HAYA QUERIDO PASAR A LA POSTERIDAD COMO EL PRIMER MÁRTIR QUE DIO EL PERONISMO. NOSOTROS TENEMOS EL DEBER MORAL COMO TALES, DE NO CLAUDICAR EN EL RECUERDO, Y EL MEJOR PEDIDO DE JUSTICIA QUE PODEMOS HACER, ES RESPETAR TODO EL RESTO DE VIDA ARRANCADA, A TRAVES DE NUESTROS PROPIOS ACTOS. ASÍ SE HONRA A QUIEN REALMENTE SE QUIERE. Y LOS VERDADEROS PERONISTAS SOMOS PROFESIONALES DEL SENTIMIENTO.

Patricio Guillermo Mircovich

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EQUIPO DE LA RECONQUISTA: Federico Gastón Addisi, Sandro Olaza Pallero, Andrés Mac Lean, Esteban del Sar, Gabriel Turone, Damián Oviedo, Patricio Mircovich, Marcelo Micheli, Natalia Jaureguizahar. Web:
www.jovenesrevisionistas.blogspot.com Agradecimientos: Profesor Jorge Sulé, Profesor Gelly Cantilo, Padre Hugo Esquives, Casa Honestidad y Trabajo de la UOM (Caseros), Agrupación Arturo Jauretche. Reuniones: Lunes a las 19 hs en la sede del Instituto (Montevideo 641),
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