20 de noviembre de 2011

HOMENAJE DEL INSTITUTO ROSAS POR EL DIA DE LA SOBERANIA NACIONAL (20 DE NOVIEMBRE)



Postal del acto en conmemoración del 166° Aniversario de la batalla de Vuelta de Obligado.


Al pie del monumento ecuestre que recuerda al Ilustre Restaurador de las Leyes en plaza Seeber, en Av. del Libertador y Sarmiento, autoridades del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas “Juan Manuel de Rosas” le rindieron su homenaje por un nuevo aniversario de la batalla de Vuelta de Obligado, suceso que derivó, con los años, en el Día de la Soberanía Nacional.

Entre los participantes, hubo representantes del Instituto Rosas de Gral. San Martín y de Jóvenes Revisionistas, el brazo juvenil del instituto de la Capital Federal.

El Dr. Alberto Gelly Cantilo dijo unas palabras respecto de la importancia del que luego fue considerado Día de la Soberanía Nacional.


El acto fue sencillo y duró apenas unos minutos, ocasión en la que el Vicepresidente 1° del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas “Juan Manuel de Rosas”, Dr. Alberto Gelly Cantilo, dirigió unas palabras alusivas a las acciones de Obligado y la importancia del mismo en el almanaque patrio. Explicó, asimismo, que como nunca se estaban llevando a cabo numerosos homenajes al 20 de Noviembre de 1845 en todo el país, lo que evitó efectuar un solo acto masivo.

Previo al discurso, se había depositado una hermosa ofrenda floral en honor del Restaurador y su heroica defensa de la Soberanía Nacional, en la más importante de las acciones libradas dentro de la Guerra del Paraná (1845-1846).

Rosas rojas y laureles puestos en la base del monumento al Restaurador de las Leyes.


Si bien el recuerdo oficial tuvo lugar el día 18 de noviembre próximo pasado, a orillas del río Paraná, en un acto al cual asistieron funcionarios del Gobierno Nacional, creemos que las fechas patrias como la que aquí consignamos no deben festejarse en una jornada distinta a la que en verdad sucedió. Las tradiciones –entre ellas, las efemérides de nuestras proezas de antaño- han de ser inamovibles y conmemoradas no saliéndose de su natural y primigenia concepción. Pues, de lo contrario, ya dejarían de ser recuerdos tradicionales para pasar a ser acomodaticias jornadas desvirtuadas de su origen puro y remoto. O, para peor, días que sirven para perpetuar el descanso de la ciudadanía y para satisfacer el consumo que demanda el mercado del ocio.

Soberbia fotografía del monumento ecuestre ubicado en donde estaba el palacio San Benito de Palermo.



20 de Noviembre: ¡Día de la Soberanía Nacional!


Comisión Directiva

JOVENES REVISIONISTAS

17 de noviembre de 2011

DE COSTUMBRES CAMPERAS Y LEVAS, ALLA POR 1831 (DOCUMENTO)

Es muy probable que en la época en que era llamado “Matraca”, José Hernández se haya topado con bravas historias de gauchos veteranos de la etapa rosista que pelearon sin descanso. Estamos ubicados entre 1858 y 1859, bienio que encuentra al creador del “Martín Fierro” entre el periodismo y el vagabundeo por el viejo mercado de la ciudad de Paraná, convertida, entonces, en la capital de la Confederación Argentina.

Antes de las últimas dos grandes batallas decisivas de nuestra historia que derivaron, irremediablemente, en el triunfo definitivo del liberalismo británico en el Plata (Cepeda y Pavón, en especial esta última), Hernández ya comenzaba a percibir el final de la patria gaucha que hasta unos años antes lo había cautivado por su romanticismo, sencillez y dureza. Plantearse en ese año de 1858 que la Argentina podía ser definidamente federal no era una locura, aunque el nuevo orden después de 1852 tenía muy en claro que nuestra tierra debía entrar en el juego de la división internacional del trabajo, por ende, someterse bajo las reglas del capital internacional.

Acumulando en su mente brillante los conocimientos adquiridos junto a su padre –partidario fervoroso de la Federación rosista- de las prácticas del gauchaje de la campaña de esos tiempos, José Hernández recordaría cómo todo aquello se iba muriendo a medida que las traiciones se unían al poder inquebrantable del alambrado. De esta forma, el gaucho que levantaba su rancho, que tenía su familia y trabajaba y que servía en la milicia, ahora se veía sin derechos, sin tierras y perseguido, cuando no tenido en cuenta solamente como carne de cañón para alguna reyerta armada en que no estaba en juego los destinos de la patria sino, por el contrario, algún mezquino interés faccioso. Esta situación quedará plasmada en el “Martín Fierro”, sin lugar a dudas. O sea, en el paso de la campaña rosista por aquella otra en la que el paisano ni siquiera era contemplado para habitarla.

EL LISTADO Y LAS FALTAS

Mentiríamos si dijéramos que la vida rural en tiempos de don Juan Manuel de Rosas era idílica, pero seríamos más mentirosos aún si profesáramos que luego de la batalla de Caseros la campaña anduvo mejor. El paraíso campestre se esfumaba al aflorar las famosas levas para asistir al servicio de las armas. En todo tiempo y régimen, el gaucho le quiso escapar…a no ser que el trato de la oficialidad haya sido correcto y acorde a las necesidades de la vida del miliciano. A juzgar por el origen popular de los caudillos federales, estimamos que nunca han sido mejor considerados los gauchos que en esos años cuando completaban las plazas de los batallones y regimientos patrios para luchar contra el impío unitario. De todas formas, si la disciplina militar siempre fue rigurosa era porque el desorden, que en esas instancias estaba ahí nomás, podía significar la derrota y la muerte.

Veamos el siguiente documento de Febrero de 1831, momento en que fueron movilizados los batallones de Buenos Aires y levados los nobles gauchos bonaerenses para emprender una ofensiva militar contra el general unitario José María Paz en la provincia de Córdoba, la cual había tomado tras las acciones de La Tablada, en junio de 1829. En aquél, aparece el nombre de un reclutador: Narciso del Valle, uno de los 31 coroneles que tenía el Ejército Argentino por 1847, de probadísima lealtad al Restaurador de las Leyes y Federal Neto. Pieza hallada en el Archivo General de la Nación, de cuando el hombre de a caballo tenía que dejar las pulperías y otros dulces vicios camperos para ganarse la gloria en el campo del honor, el regreso al rancho y al encuentro de la felicidad de sus críos y su china:


“Relación de los individuos entregados, a virtud en orden superior, al Coronel Don Narciso del Valle para el servicio de las armas.

Febrero 17-

Carlos Bicherson……………….. Herido.

Juan José Acuña……………….. Vago jugador.

Entregados en esta fecha

Tomás Zavaleta………………… Sin papeleta de ocupación ni enrolamiento.

Juan Arce………………………. Íd – Íd.

Manuel Márquez………………. Heridas leves.

Joaquín Guzmán………………. Sin papeleta de contrata ni enrolamiento.

Ignacio Vera…………………… Sin papeleta de contrata ni enrolamiento.

Juan Lorenzo Benítez…………. Intentó robar a un extranjero.

Lino Agüero……………………. Vago sin papeleta.

Juan Navarro…………………... Vago sin papeleta.

Enrique Nelson…………………. Herido.

Juan de la Cruz Arias………….. Uso del cuchillo.

José María López………………. Íd y sin papeleta de ocupación ni enrolamiento.

Cayetano Mansilla……………... Sin ocupación.

Sebastián Coronel……………… Sin documento de ocupación, ni enrolamiento.

José Silva……………………….. Íd.

Fermín Peñaflor……………….. Íd.

Gabino Malaves………………... Íd.

José Domingo Guevara………... Íd.

Jacinto Santillán……………….. Íd.

José Gallardo…………………... Mala conducta y sin documento de enrolamiento.


Buenos Aires, Febrero 19 de 1831.


Perdriel (firma).”


Fuente: Nota de Gregorio Perdriel con nombres de individuos para las armas, 19-II-1831. Archivo General de la Nación, Sala X, 24.4.3., Legajo 1794, Documento 54. Secretaría de Rosas.

13 de noviembre de 2011

LA CGT ABRIO SUS PUERTAS EN "LA NOCHE DE LOS MUSEOS" (13 DE NOVIEMBRE)

Entre libros e historia: Gabriel Turone (presidente de Jóvenes Revisionistas) y Federico Addisi (director de Cultura de la Fundación Rucci). Todo ese material estaba disponible en el tercer piso.

Invitados, como fuimos, a la CGT (Confederación General del Trabajo) que abría sus puertas al público en la versión 2011 de “La Noche de los Museos”, Jóvenes Revisionistas fue testigo de una jornada donde se veía reflejada, a través de documentos, libros, archivos y objetos, la historia del sindicalismo argentino y de sus más encumbrados personajes. Esta iniciativa estuvo inspirada en el buen tino de quienes conducen y dirigen la Fundación Rucci, cuya sede se encuentra en el mismo sitio donde funciona la central de los trabajadores, ahí en Azopardo y Avenida Independencia.

Para neófitos y entendidos, este edificio emblemático posee piezas y testimonios de incalculable valor desde que reconocemos que allí han transitado sus pasillos y oficinas Eva Duarte de Perón, Juan Domingo Perón, José Ignacio Rucci, Saúl Ubaldini y tantos otros dirigentes que tuvieron una innegable ingerencia en los destinos políticos argentinos en buena parte del siglo XX.

Para esta nueva edición de “La Noche de los Museos”, la CGT y la Fundación Rucci pusieron a disposición de la gente varios atractivos, divididos por pisos y en donde se pasaron videos históricos, discursivos, etc., etc.

SECTORES DE LA MUESTRA

En la planta baja, el visitante se encontraba con varios paneles a color que, colocados cronológicamente, iban comentando la vida del ex secretario general de la CGT, José Ignacio Rucci, desde los nombres de sus antepasados hasta su vil asesinato en 1973, resaltándose su hombría de bien, su importante rol en la resistencia y como uno de los principales baluartes en la normalización de la CGT intervenida tras 1955. En el semicírculo que formaban los paneles, fueron ubicadas diversas vitrinas que protegían verdaderas reliquias pertenecientes a Rucci: su libreta de enrolamiento, la cédula de identidad, las cartas originales que le mandó Juan Perón desde el exilio, un poncho que utilizaba con frecuencia, dos facones de soberbia hechura (uno, obsequio de SMATA y el otro del ex embajador Manuel de Anchorena), un añejo ejemplar del “Martín Fierro” que se lo dedicó a su hijo, Aníbal, para que sea su guía en el porvenir, y todo esto hasta llega a la observación del mítico paraguas que empleó José Ignacio Rucci el día de la vuelta al país de Perón, el 17 de noviembre de 1972.


Acompañaba a esta escenografía, la proyección de fragmentos de videos en los que aparecía Rucci hablando a los trabajadores así como también distintos momentos de su vida militante.

En el 1er. Piso, se podía acceder a otro sitio harto histórico: el Salón “Felipe Vallese”, el cual lucía impecable y bellamente decorado. Con una capacidad para 250 personas, en este lugar se proyectaban, desde las 20:30 PM hasta la 1:00 AM, cuatro películas que saciaban las diferentes expectativas del público que se acercaba a la CGT en busca de datos y referencias de la Argentina Potencia.

Un piso más arriba se hallaba el Museo Testimonial “Eva Perón”. Aquí funcionaba, entre otras cosas, la oficina que utilizó Evita para atender los reclamos de los desposeídos cuando la Fundación “Eva Perón”. De manera infatigable, y desde este despacho, ella personalmente se encargaba de paliar la difícil situación de quienes no tenían un juguete, alimentos o una vivienda digna.


Entrar al hoy Museo Testimonial, significaba adentrarse a un espacio dedicado a la memoria de la “Abanderada de los Humildes”, puesto que allí mismo, en un lugar que yacía cerrado, el doctor Pedro Ara la embalsamó para la posteridad. Según nos han dicho, todavía se conserva parte del instrumental utilizado por Ara.

Pero lo más emotivo estaba en la misma oficina donde Eva Perón atendía el reclamo de los descamisados, puesto que al morir en 1952, esa habitación fue transformada para alojar su ataúd. Ese había sido su deseo si fallecía: estar en el mismo edificio de la CGT. Como se sabe, al sobrevenir el golpe de Estado de septiembre de 1955 y, con ello, la intervención de la CGT, su cadáver fue robado y llevado bajo un nombre falso a Europa. Sus restos regresarían al país en los últimos meses de 1974. En “La Noche de los Museos”, este reducto lucía como un auténtico altar, con un crucifijo y velas encendidas, y un enorme cuadro de Eva Perón de fondo. Flanqueaban a los elementos, dos banderas: la nacional y la del peronismo. Las paredes estaban cubiertas por periódicos antiguos, la mayoría de los días en que fallecía la ilustre esposa de Juan Perón, y de cuando fueron devueltos sus restos casi dos décadas más tarde.

En un tercer salón, se exhibían objetos que pertenecieron a Eva Duarte (un juego de copas, libros, etc.), como también paneles y periódicos en los que se ponía de manifiesto la obra caritativa llevada a cabo por la Fundación que llevaba su nombre no solamente en nuestro país sino por todos los países del continente americano.

DOCTRINA Y ARCHIVOS

El tercer piso –y último del recorrido ofrecido para el evento- estaba dedicado a cuestiones que tenían que ver con el adoctrinamiento y los archivos históricos.


Cuadro de Juan Manuel de Rosas que perteneció a José Ignacio Rucci, y que se expuso en la CGT. En la chapa inferior, se lee: "A JOSE RUCCI DEL CENTRO FEDERAL Y DE LA COMISION PRO-REPATRIACION DE LOS RESTOS DE ROSAS".

El pasillo que daba al salón donde funciona la biblioteca de la CGT (biblioteca cuyos mejores ejemplares fueron quemados por los militares de la “libertadora” que entraron al edificio), tenía decenas de paneles que enumeraban los episodios más resonantes de la vida institucional de la CGT, cuyo origen se remonta al año 1936. Antes de esta fecha, existieron otras centrales de obreros que estuvieron en manos de anarquistas y socialistas.

Una vez dentro, el lugar se dividía en dos: a la izquierda, estaba una mesa de grandes proporciones en las que se habían ubicado numerosos libros que hablaban sobre la historia del peronismo. Demás está decir que la selección de dichos ejemplares abarcaba a todas las tendencias que un movimiento de las proporciones del peronismo podía llegar a tener. Por lo que bien se puede decir que era ecuánime. La selección de los libros corrió por cuenta del señor Federico Gastón Addisi, eximio hombre de lectura que por estos días es director de Cultura de la Fundación Rucci. Nos ha confiado que esa noche llevó alrededor de 500 a 600 libros, pero que por no haber lugar para mostrarlos a todos, tuvo que poner apenas un cuarto de los mismos.

Memorias y Balances de la CGT de los años 1946 a 1990. Este tipo de material, como el que había anterior a la CGT nacionalizada, nunca vio la luz hasta ahora.

La idea era que la gente que acudía a la CGT, tenga un pantallazo lo más completo posible de la bibliografía que hay sobre el peronismo. Estamos seguros que Addisi sacó a la luz a varios autores que por estos tiempos, quizás, no son muy tenidos en cuenta, como por ejemplo Atilio García Mellad, ex embajador de Perón en Canadá durante su primera presidencia, o bien, intelectuales de la talla de Alberto Buela, entre otros.

Además, los libros fueron puestos en forma cronológica: textos completos de Juan Perón (reunidos en 25 tomos); intelectuales que contribuyeron a sus dos primeros gobiernos (Arturo Jauretche, Scalabrini Ortiz, Enrique Santos Discépolo, etc.) y al sostenimiento de sus principios doctrinarios (Leonardo Castellani, Alberto Buela, etc.); sobre Eva Perón; Resistencia Peronista; correspondencia Cooke-Perón; organizaciones armadas de los años 60 y 70; Isabel Perón y movimiento sindicalista; menemismo; y vida y obra de José Ignacio Rucci.

En el lado derecho de la sala, podían verse libros de “Balance y Memoria” de la CGT(de 1946 a 1990), gacetillas de la época del “Plan de Lucha” (década de 1960) y, tras antiguas vitrinas, documentos de los más variados y significativos. Uno de ellos, tenía el decreto mecanografiado de cuando la “Revolución Libertadora” intervino la CGT, por medio del capitán Carlos Alberto Esparrach, a través del “decreto ley N° 3032/55”. Otro documento valioso, es el que redactaron los gremios cuando fue asesinado el coronel Ramón L. Falcón por el anarquista León Radowitsky en 1909. Con una caligrafía escrita a pluma, se lee:

“(…) como represalia del drama horrendo de la Avenida de Mayo, cayó el causante principal de los estragos de que fue víctima el proletariado, el más asesino e intolerable de los verdugos de nuestra clase: el coronel Falcón.

“La prensa burguesa ha hecho la apología del ajusticiado. Nosotros hacemos la historia teniendo en cuenta su sanguinaria actuación con la vida e intereses proletarios, y concluimos por justificar la ejecución realizada”.


Recinto donde estuvo la oficina de Eva Perón cuando atendía los reclamos que llegaban a la Fundación "Eva Perón", y donde, con posterioridad, se ubicó el ataúd de ella hasta su robo, en 1955. Hoy luce de esta manera el lugar.

Así, de esta forma, se ha escrito el devenir histórico del sindicalismo argentino desde fines del siglo XIX. Claro, eran tiempos en que los sindicatos yacían en manos de personas con ideologías internacionalistas…hasta que llegó Juan Perón y los nacionalizó. Desde luego, que no hay que olvidar lo transcurrido ni en una época ni en la otra, y para eso abrió sus puertas la CGT, para echar un manto de luz acerca de lo que fue para nuestro país el desarrollo del movimiento obrero. Con y en todas sus variantes y matices, con sus héroes y villanos (que los hubo, como en todos los sectores). La propuesta de la CGT fue excelente, y Jóvenes Revisionistas la acompañó.


Comisión Directiva

JOVENES REVISIONISTAS

9 de noviembre de 2011

JORNADA DE CINE-DEBATE DE JOVENES REVISIONISTAS (11 DE NOVIEMBRE)



El Viernes 11 de Noviembre de 2011, Jóvenes Revisionistas estará realizando una nueva Jornada de Cine-Debate conmemorando el "Mes de la Tradición y la Soberanía", proyectando el film "Martín Fierro, el ave solitaria".

La misma se llevará a cabo en la Sala de Conferencias del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas "Juan Manuel de Rosas", cito en Montevideo 641, Ciudad de Buenos Aires, a partir de las 18 horas.

Entrada libre y gratuita.

¡Los esperamos!


Comisión Directiva
JOVENES REVISIONISTAS

5 de noviembre de 2011

CONFERENCIA DE JOVENES REVISIONISTAS: "LUIS ALBERTO DE HERRERA Y SU ACTUACION EN HISPANOAMERICA" (4 DE NOVIEMBRE DE 2011)



Ignacio Pérez Borgarelli, Vocal Titular de Jóvenes Revisionistas, en plena disertación.


El 4 de noviembre de 2011, Jóvenes Revisionistas organizó la conferencia “Luis Alberto de Herrera y su actuación en Hispanoamérica”, dada en el Instituto Nacional de Investigaciones Históricas “Juan Manuel de Rosas” a través del Sr. Ignacio Pérez Borgarelli, integrante (Vocal Titular) de nuestra Comisión Directiva y joven promesa de la República Oriental del Uruguay.

La disertación era largamente esperada, pues iba a brindarse en el mes de agosto del corriente año y luego en octubre. Por fortuna, pudimos escuchar a Pérez Borgarelli ahora, en noviembre, ¡y vaya si valió la pena tal espera! Nunca se ha expuesto la vida y obra del eminente revisionista uruguayo Luis Alberto de Herrera en nuestro país, pese a las amistades que aquí cosechó, sea en la historia o en la política. Esto enorgullece a Jóvenes Revisionistas, como cuando en septiembre también sacamos a la luz la obra política de Gaspar Rodríguez de Francia, otra figura de la que tampoco se había hablado anteriormente.

LA CONFERENCIA

El disertante centró básicamente su plática en tres ejes: Formación y evolución ideológica de Luis Alberto de Herrera; Escenario en el que vivió Herrera; y Actuación de Herrera en su vejez.

El Partido Blanco “tiene 5 grandes figuras: Manuel Oribe, Leandro Gómez, Aparicio Saravia, Luis Alberto de Herrera y Wilson Ferreira Aldunate”, comenzó diciendo Ignacio Pérez Borgarelli, poniendo énfasis en que los tres primeros formaron parte del Partido Blanco “histórico”, mientras que los últimos dos –entre ellos, Herrera- lo fueron del Partido Blanco “moderno”. Considerando que Luis Alberto de Herrera empezó a militar en dicho partido en 1904, empuñando las armas junto a Saravia en Masoller, y que falleció en 1959, diremos, entonces, que cincuenta y cinco años de su vida los dedicó a la militancia en el Partido Blanco. Y siempre con honestidad y humildad.

Los blancos uruguayos han sido los nacionalistas en ese país, pero tanto Herrera como Methol Ferré van a decir que en Uruguay no hubo un nacionalismo acentuado como en Argentina, y ello porque el imperialismo fue en cierta medida “benevolente”. En Argentina, el imperialismo expolió nuestra economía y deformó nuestra cultura: fue violento. En la ex Banda Oriental, en cambio, si bien persistía un estado de semicolonia, “se respetaba la legislación laboral, la incipiente industria uruguaya, etc., etc.”, agregó Pérez Borgarelli. De allí el poco arraigo nacionalista del uruguayo promedio, y de allí también las dificultades de implementar políticas nacionalistas desde el gobierno.

Una instántanea que muestra parte del público que presenció la conferencia.


En lo personal, Luis Alberto de Herrera “no era un gran orador pero tenía llegada a la gente. Le hablaba a su pueblo sin adulaciones y con la verdad”, sostuvo el disertante. Aquél era votado por el sentimiento paternalista que impregnaba en el alma del pueblerino. Esa cualidad le permitió granjearse la amistad de hombres de la izquierda y de la derecha. “Conoció a Ernesto “Che” Guevara –agregó- en un mitin por 1950, en donde le expresó que Herrera y Aparicio Saravia le parecían ‘guerrilleros de alma’. Y Francisco Franco, desde una posición de derecha, también hablará bien de él”.

Un escritor sueco que estuvo en Uruguay cuando la época del battlismo, se quedó admirado de Herrera porque “podía mezclar lo literato con lo gauchesco”. Otro forastero de Suecia, más profundo, expuso que el uruguayo no se enriqueció con la militancia y que era complejo políticamente hablando. Quizás, esto último se refería a la formación educativa que tuvo Herrera en su infancia y adolescencia, libresca e impregnada de anglofilia. De hecho, su madre era inglesa.

ETAPAS E IDEAS

De 1904 a 1928, Luis Alberto de Herrera “tiene una etapa ligada al cipayismo”, esbozó Pérez Borgarelli, dado que “era partidario de la Doctrina Monroe, a la cual invocó en 1914 cuando fue invadido México”. El año 1928 va a ser clave en la vida de Herrera. Ese año publica su obra “Sin Nombre”, volviéndose antiimperialista y denostador de los Estados Unidos por sus frecuentes intervenciones contra las soberanías de los países hispanoamericanos. Para la misma época, simpatiza con el Sandinismo –Herrera expresará que Sandino era un “héroe y continuador de los libertadores de América”-.

Sin dudas, Herrera fue un hombre contradictorio. Por ejemplo, tenía diversas opiniones respecto del divorcio, unas a favor y otras adversas. En los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial también fue dual. Por un lado, “mostraba admiración por Benito Mussolini, pero ante la invasión de los nazis a Francia (1940) se va a poner a favor de los franceses”, manifestó Ignacio Pérez Borgarelli. Y así en varios temas más.

Sobre los dos partidos más importantes del Uruguay, el orador sostenía que “para Herrera lo telúrico, lo tradicional o apegado al suelo correspondía al Partido Blanco, mientras que el partido de la Defensa, el que sólo se quedaba con Montevideo y que miraba a Europa era el Partido Colorado”. En esa misma tesitura, Herrera tenía una frase que sintetizaba lo antedicho: “Miro hacia la tierra y veo la filosofía que no está escrita”.

Asimismo, empleaba el concepto de “raza” no en términos racistas o biológicos sino como “el de unión humana, sentimental, hacia el caudillo, que trasciende las ideologías”. Entre sus admirados, solía evocar Luis Alberto de Herrera a caudillos tales como Juan Manuel de Rosas, el doctor Francia, etc., etc.

Herrera ponía especial atención en la formación política de los caudillos rioplatenses. Decía que eran los europeos, y no los hispanoamericanos, quienes imprimían libros sobre doctrinas políticas, y que nutrirse de ellos implicaba, sí o sí, copiar ideas provenientes del Viejo Mundo. Por el contrario, los caudillos nuestros elaboraban fórmulas propias, para nada librescas, que luego ponían en práctica en sus regiones o países. Rescataba la originalidad y el criollismo de los caudillos, y en tal sentido la poca o nula predisposición que mostraban de apropiarse de las ideas vanguardistas europeizantes. “Rosas fue antimoderno”, decía Luis Alberto de Herrera. Aborrecía de la democracia, “a la que consideraba dogmática, y los dogmas emanaban de los libros de origen e ideas europeas”, decía Pérez Borgarelli.


Muy bueno fue el tratamiento dado por Pérez Borgarelli sobre la figura de Luis Alberto de Herrera.


Herrera fue adquiriendo una real dimensión e importancia del americanismo. Actuó casi por inercia, por instinto, al atropello que los norteamericanos cometieron en la Nicaragua de Sandino (1928), a quien salió rápidamente a apoyar. El ataque al terruño permite la aparición espontánea de la reacción, casi siempre proveniente del pueblo sin erudiciones ni academicismos fantásticos, el cual comprende el daño terrible que eso significa para la dignidad de los pueblos y las naciones. Pérez Borgarelli esbozó que “al gaucho le jodía cuando le atacaban su terruño, y no era necesario hacer teorizaciones al respecto para entender que eso era alevoso y que había que salir a defenderlo”. En tal sentido, el americanismo para Herrera es un sentimiento que nace del instinto del hombre de pueblo.

FUSIONISMO

El “fusionismo” fue una política surgida luego de la Guerra Grande (1839-1851), donde el Partido Blanco quería unirse al Partido Colorado con la idea de dejar a un lado las guerras intestinas, que tantas muertes y postergaciones había provocado al país. No por nada, a Uruguay lo llamaron “el país púrpura o purpúreo”, que es el color que toma la sangre vertida y expuesta a las condiciones del clima ambiental. A esta nueva corriente de concordia adhirió Luis Alberto de Herrera.

Hubo quienes vieron en el “fusionismo” una política rayana al cipayismo que, a grandes rasgos, implicaba un abandono de los cintillos, de los lemas y los estandartes. Esta definición es apresurada, si se comprende que fue “Manuel Oribe el que impulso el ‘fusionismo’ en Uruguay tres años antes de su muerte”, advierte Pérez Borgarelli. El objetivo principal del “fusionismo” consistió en “aunar las facciones en pugna, hacer un Gran Partido Nacional”, siguió diciendo. Esto era una copia de lo que en Estados Unidos fue el republicanismo, concepción que ya estaba en la mente de Oribe. Además, el “fusionismo” era “una política que salvaguardaba los derechos de los ciudadanos”, de acuerdo a lo que expresaba un autor citado por el disertante.

Resulta interesante saber que el título “Defensor de las Leyes” que le fue otorgado a Manuel Oribe antes de 1851, guarda relación con la naturaleza que se le quiso impregnar al “fusionismo”. Aquí, la libertad se encontraba garantizada en las leyes, por lo tanto éstas no la debían ni podían avasallar a aquélla, como sí lo hacían los liberales –cuyas ideas emanaban de la Revolución Francesa-.

Luis Alberto de Herrera veía bastardeado el término “democracia”, por eso prefería el de “republicanismo”. Por otro lado, Herrera se declaraba nacionalista y antiimperialista, en ese orden. Abogaba por la concordia con los uruguayos colorados (sean battlistas o riveristas) para que no haya un solo oriental más que muera a manos de otro coterráneo. Tan grande fue su llamado a la “fusión”, que al ser derrotado en las elecciones de 1926 a través de un fraude electoral, Herrera manifestó que “es preferible que se lleven todo menos la paz de la República Oriental del Uruguay”. O sea, en lugar de evitar desbordes y protestas violentas por el fraude que le hicieron, lo más trascendente para él es instar a la paz social entre los uruguayos y dejar todo como está. “Luis Alberto de Herrera en esta etapa era conciliatorio, fusionista”, remata Pérez Borgarelli.

REALIDAD CIRCUNDANTE

Ya en 1907 “Herrera había presentado un proyecto para que haya 8 horas laborales, pero el mismo fue tapado por los colorados”, describe el orador. Este dato es relevante, dado que un proyecto similar se aprobará recién en 1913 en Uruguay, y dos años más tarde hará lo propio Inglaterra.

Herrera estuvo solo en su lucha política, si bien el pueblo lo quería. En la Segunda Guerra Mundial se manifestó neutralista, partidario de que su país se mantuviera neutral en el conflicto. “No tenemos que pedir permiso en nuestros pensamientos y posturas”, solía vocear.

La soledad de la prédica y la lucha de Herrera tenía un por qué: durante 93 años, es decir, entre 1865 y 1958, dominó la escena política uruguaya el Partido Colorado, y contra todo ese sistema consolidado se tuvo que enfrentar. Tarea para nada fácil, por cierto. Sin embargo, el pueblo no era adepto a las directivas emanadas de los colorados. ¿Por qué? “El Partido Colorado –dice Pérez Borgarelli- aplicaba retenciones al campo y las distribuía en las metrópolis (políticas “urbistas”) con la excusa de permitir la industrialización del país que se aglutinaba en 4 o 5 industrias, nada más. Entonces, teníamos ruralistas empobrecidos y ciudades enriquecidas, lo que enardecía a los primeros”.

Otra característica que envilecía al campo uruguayo y las clases más populares fue la práctica del ‘dumping’. Mientras que un par de zapatos en Uruguay se vendía a $ 8.-, la producción en masa de Estados Unidos colocaba ese mismo par de zapatos en el mercado uruguayo a $ 5.-. Si a esto se le suman las políticas de retenciones o detracciones, los sectores sociales más pobres, como el campo, llevaban todas las de perder.

En esta coyuntura político-social, Luis Alberto de Herrera fue “ruralista”, y “hubo quienes dicen que pensaba en un nacionalismo agrario”, dice Pérez Borgarelli, y agrega: “Herrera comprendía la situación de los más necesitados; recorría rancho por rancho y visitaba a los campesinos más desilusionados. Los visitaba por medio de un “tren-relámpago””. En sus recorridos, también aceptaba adentrarse en jineteadas y festividades camperas.

En sus últimos años, Herrera mantuvo una insobornable solidaridad con distintos presidentes de Hispanoamérica. Le brindó ayuda a Jacobo Arbenz, presidente de Guatemala que fuera depuesto del gobierno en 1954, y acompañó a Juan Domingo Perón al asistir, hacia 1952, a los funerales llevados a cabo en honor de Eva Duarte de Perón en Buenos Aires.


Al final de la charla, algunos de los presentes le hicieron interesantes preguntas al orador. Todos salieron satisfechos.



Tras un último intento por ver restablecido al Partido Blanco en el poder –cuya última experiencia había sido en la antesala de la Guerra de la Triple Alianza-, Luis Alberto de Herrera teje una alianza con Benito Nardone (alias “Chicotazo”) el cual va a traicionar todas las promesas de prosperidad que tenía pensado poner en práctica una vez hecho con el Consejo Nacional de Gobierno.

Herrera muere el 8 de octubre de 1959 traicionado por “Chicotazo”, en pleno gobierno ‘blanco’ que, pese a todo, no hizo la reforma agraria y dejó morir al campo. Otros síntomas fueron la pauperización de la clase media, la juventud sin fe y los partidos tradicionales e históricos arrastrados al más aberrante desprestigio. La realidad actual del Uruguay valida buena parte de ese legado macabro que fuera obra del incumplimiento de la palabra empeñada.

Por Jóvenes Revisionistas

3 de noviembre de 2011

MULTITUDINARIA JORNADA DE CINE-DEBATE SOBRE ROSAS EN LA CGT (1º DE NOVIEMBRE)


Junto a Aníbal Rucci y gremialistas, se ubican los directivos del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas "Juan Manuel de Rosas", Jóvenes Revisionistas e integrantes de la Organización Resistencia Peronista.

Una bella tarde pasamos los Jóvenes Revisionistas el martes 1° de noviembre de 2011, al participar del ciclo de Cine-Debate de la Fundación Rucci dedicado a la reivindicación de Juan Manuel de Rosas por estar transitando el mes donde se conmemora el Día de la Soberanía Nacional. Tuvo lugar en una de las salas de prensa de la Confederación General del Trabajo (CGT), con una convocatoria que superó con creces las expectativas que había al respecto.


A sala llena, como puede notarse en las imágenes aquí volcadas, estuvieron presentes algunas autoridades del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas “Juan Manuel de Rosas”, como ser su presidente, el Dr. Alberto González Arzac, y su vicepresidente 1°, Dr. Alberto Gelly Cantilo. Otra figura destacada del revisionismo histórico que no se quiso perder esta histórica jornada fue el Sr. Mario Andrés Fraire, quien lo hizo en representación del Instituto Rosas de Gral. San Martín. Había también varios integrantes de la juventud de la UOM (Unión Obrera Metalúrgica), miembros de la ORP (Organización Resistencia Peronista, entre ellos su conductor Federico Addisi), personas que trabajan en la Fundación Rucci y su presidente, el compañero Aníbal Rucci.




La jornada empezó con la proyección de un documental cuya duración fue de aproximadamente 40 minutos, en donde se transmitían los logros realizados por el Restaurador de las Leyes durante sus dos períodos gubernamentales, resaltándose hechos como el Pacto Federal (1831), su asunción en 1835 con la suma del poder público, la Ley de Aduanas, la Guerra del Paraná (1845-1846) y así hasta llegar a la infamia de la batalla de Caseros de 1852, entre otros temas.


Al término de la película, que fue seguida con suma atención por el público, se originó un sano debate de ideas que tuvo como puntapié inicial la palabra de jerarquía del Dr. González Arzac, quien agregó varios datos que reforzaban el patriotismo y la dignidad de Rosas como gobernador auténticamente argentino, republicano, representativo y federal. Acotaba algunos datos el Dr. Gelly Cantilo, quien estaba sentado al lado del actual presidente del Instituto Juan Manuel de Rosas.




Después le siguieron numerosas preguntas –o reflexiones personales- que los presentes les hicieron tanto a González Arzac como a Gelly Cantilo. Se reflexionó, por ejemplo, en los esfuerzos ingentes que tuvo que hacer Rosas para ordenar e institucionalizar el país en un tiempo donde lo que imperaba era la anarquía y el ataque contra la soberanía nacional, o bien sobre el apoyo popular que tuvo el Restaurador en momentos tan aciagos. O sobre su pionero rol para pedir por los derechos argentinos en las Islas Malvinas, reclamos que lo tuvieron a Rosas como el primero que los hizo anualmente a través de la Legislatura bonaerense.


Haciendo precisas e históricas comparaciones, se llegó a la conclusión de que tanto Juan Manuel de Rosas como Juan Domingo Perón tuvieron mucho en común en cuanto a sus políticas sociales y de defensa nacional, enfrentando a los mismos enemigos bajo otras tácticas y estrategias, pero enemigos idénticos al fin y al cabo.



De izquierda y derecha, dando cátedra sobre la figura del Restaurador: Mario Fraire, Alberto Gelly Cantilo y Alberto González Arzac.


Quedaron para el final, algunos comentarios que vertieron los tres directivos que se allegaron a la CGT, y unas palabras del compañero Aníbal Rucci, quien destacó que hacerle un homenaje a Rosas era como acordarse de su padre, el querido José Ignacio Rucci, “quien era un gran rosista”, dijo. Expresó, asimismo, que “no hay que olvidarse nunca de nuestros próceres y de la historia que ellos hicieron, y de la que nada nos enseñaron en las escuelas”. “Vamos a seguir homenajeando a personalidades que forjaron nuestra identidad como país, con jornadas como ésta, realzando las tradiciones, nuestra cultura”, argumentó Aníbal Rucci.


Como muestra cabal de la admiración que José Ignacio Rucci tenía de la figura del Restaurador, luego de la jornada un grupo de Jóvenes Revisionistas subió al tercer piso de la CGT, que es donde funcionan algunas oficinas de la Fundación Rucci. Allí vimos, entre asombrados y llenos de admiración, el cuadro de Rosas que el ex secretario general de los trabajadores tenía en su oficina. Es un hermoso retrato color, en cuya base hay una pequeña placa que enseña que el mismo fue donado por el Sr. Manuel de Anchorena a su amigo José Ignacio Rucci. Era el año 1973. Una Cruz de los Cerrillos grabada en un costado, le da el toque heroico a esa pieza de leyenda.


Y ni hablar, claro está, de dos hermosos facones camperos que también le fueron regalados a José Ignacio Rucci por Anchorena, hombre que fuera diplomático de Juan Domingo Perón en su tercer gobierno, y uno de los iniciadores de la magistral idea de repatriar –ya entonces- al Restaurador de las Leyes. Hecho, este último, que sucedió recién en septiembre de 1989.




Al final del cine-debate, el público se paró para hacerles preguntas a los directivos que brindaron toda su sabiduría sobre Rosas y la Confederación Argentina.


Comisión Directiva

JOVENES REVISIONISTAS