29 de agosto de 2007

MALVINAS Y PENSAMIENTO NACIONAL

Síntesis de la Conferencia dictada por Francisco José Pestanha
en Chascomús: “Malvinas y Pensamiento Nacional”, (26/6/07)


Vine a Chascomús a transmitirles humildemente una mirada desde nuestra perspectiva nacional respecto a la recuperación transitoria de nuestras Malvinas en el año 1982. Para ello, creo conveniente comenzar efectuando un juego de posiciones mostrándoles como tal fenómeno es abordado en la actualidad desde las posturas ideológicas denominadas clásicas; como liberalismo o el marxismo.
En efecto, este año se cumplen 25 años de la recuperación las Islas Malvinas. Si efectuamos un sucinto recorrido por los periódicos o por los debates mediáticos sobre la cuestión, podemos observar perfectamente que aparecen - por un lado - las reflexiones de los clásicos del liberalismo, donde la gesta de 1982 emerge como una especie de pecado: como la imperdonable trasgresión de haber “invadido” (noten que muchas veces se utiliza el término “invasión”) el territorio de una nación poderosa representante del progreso. En síntesis, el 2 de abril de 1982 para esta postura, representó el desliz cometido por un país emergente que se atrevió a desafiar a otro de la OTAN. Una especie de desafío de la barbarie contra la civilización. Para los otros, es decir para los representantes de la izquierda tradicional en sus diferentes versiones, Malvinas no constituye un hecho históricamente relevante, en tanto, no se encuadra en la dinámica de la lucha de clases. Desconocen la realidad en tanto ignoran la desigualad existente en nuestras relaciones con los británicos y los antecedentes históricos de tales relaciones. Malvinas para ellos además, fue un evento enmarcado dentro de un proceso militar que represento el mal absoluto (aparece la barbarie) - y en tanto - del mal absoluto, no puede surgir ningún hecho positivo.
A continuación, cabe referirme a otra postura que ha cobrado importante dimensión en estos últimos tiempos. La del autodenominado “progresismo”. El progresismo es una corriente que en nuestro país tiene un vasto desarrollo, y que de alguna manera, nos remite históricamente a cierto ideario romántico de principios del siglo XVIII. En sintonía con la postura sustentada por las izquierdas tradicionales, y por haber acontecido durante la tiranía militar, la recuperación de las Islas para los “progres” (cariñosamente) forma parte integrante del mal absoluto. No obstante algunos de ellos se arriesgan a rescatar la conducta y actuación de algunos veteranos de guerra. Si bien resulta positivo este reconocimiento, la tendencia general del progresismo es a victimizar tanto los que combatieron eficazmente (y que no tienen antecedentes en el proceso represivo) como a los soldados conscriptos que participaron en la batalla. Ambos entonces resultaron víctimas del mal absoluto al igual que el conjunto de la sociedad argentina. Para un progresismo que aspira a monopolizar el discurso como hace años lo hacia el neoliberalismo, la gesta de Malvinas aparece en síntesis como una decisión táctica del mal absoluto (dictadura militar) para perpetuarse en el poder, decisión que requirió, para tales fines, la utilización de ciertas victimas. Es por ello que en los manuales de historia la gesta de Malvinas aparece como el principio del fin de la tiranía.

Una mirada desde el Pensamiento Nacional

Nosotros analizamos Malvinas desde una tradición de pensamiento. No lo hacemos desde un lugar de libre-pensadores porque estamos sujetos a una forma determinada de mirar las cosas. El pensamiento nacional, no comparte ninguna de las visiones anteriores, que reitero, han sido simplificadas a los fines didácticos, pero preservando eso sí su lógica de razonamiento.


Nuestra mirada respecto el conflicto de 1982 se sustenta en una serie de operaciones intelectivas que inicialmente recogen los siguientes datos: A) La de Malvinas, fue la primer batalla protagonizada por nuestro país durante el siglo pasado. En este aspecto, no hay desacuerdo. B) El antagonista fue el Reino Unido de la Gran Bretaña – quien salvo escasísimas disidencias internas – es considerado usurpador ilegítimo de nuestras tierras. Además cabe preguntarse: ¿los conflictos entre nuestro país y Gran Bretaña se circunscriben al del 82 o se remontan hacia atrás en el tiempo? Sobre esto volveremos mas adelante destacando que existe una larga historia de relaciones bilaterales conflictivas entre Gran Bretaña y Argentina. C) La recuperación transitoria se operó en el marco de una de las tiranías más duras que tuvo la argentina. D) La recuperación transitoria de nuestras Islas: ¿qué sentimiento despertó en los países iberoamericanos como Perú, Ecuador, etc.…? Apoyo. Es mas, llegaron a ofrecernos implementos bélicos y tropas para atacar a los ingleses, conscientes que aquí había una dictadura. Cuba por ejemplo, país que se expreso numerosas veces contra la tiranía, ofreció apoyo explicito.


Sentido común – dimensión afectiva de pensamiento nacional

Una de las grandes enseñanzas que nos legó Jauretche es aquella que nos refiere a la potencialidad del sentido común. Podemos definir al sentido común “como aquel instrumento que te permite discernir lo que más te conviene en un momento determinado”. Íntimamente ligado al desarrollo de este fenómeno, el pensamiento nacional parte de una premisa que tiene que ver con la relación afectiva respecto al objeto pensado. El pensamiento nacional, justamente se define como nacional, porque tiene como objeto la identidad nacional, y además, por que reconoce una relación afectiva positiva y de pertenencia con lo pensado. El pensador nacional se siente profundamente argentino y ama a la argentina El primer requisito para pensar en nacional es amar incondicionalmente a la patria. Nosotros, los pensadores nacionales amamos a nuestro país y anhelemos contribuir a mejorarlo con nuestra producción. El pensamiento Nacional, es esencialmente crítico, pero crítico desde el aprecio, desde el afecto, desde el compromiso. El Pensamiento nacional si critica, lo hace con la aspiración de reparar, de mejorar.
Aplicando los dos principios expuestos precedentemente cualquier Pensador Nacional que aspira a abordar las cuestión Malvinas, debe hacerlo desde un previo y necesario análisis respecto a los antecedentes históricos de las relaciones bilaterales entre nuestro país y Gran Bretaña. La costumbre o estrategia de “aislar” el fenómeno de 1982 de sus antecedentes deviene de una tradición liberal.
Por ende, cuando miramos los antecedentes históricos de las relaciones bilaterales entre Gran Bretaña y nuestro país. ¿Que encontramos? En síntesis: en 1806 y 1807 las invasiones inglesas, una tentativa Británica para apoderarse de un sector estratégico del Virreinato del Río de la plata a fin de satisfacer necesidades de su política imperial. Veinte años después aparece un acuerdo entre el gobierno de Bernardino Rivadavia y la Baring Brothers que demuestra a las claras las condiciones de desigualdad entre Inglaterra y nosotros. Mediante ese acuerdo, sustentado en compromisos anteriores algunos expresos y otros naturalmente encubiertos, Gran Bretaña impuso una articulación económica sumamente beneficiosa para su metrópoli que tendrá consecuencias traumáticas en las décadas subsiguientes para nosotros. El acuerdo muestra la desigualdad de hecho entre una potencia y una nación emergente. Veinte años después de estos dos episodios acontece el bloqueo Anglo francés, decisión unilateral de dos potencias que desconocen la soberanía argentina en razón de sus intereses comerciales. A veces no se tiene cabal conciencia de la significación del bloqueo. Los Anglo franceses representaban la OTAN de la época. Traían acorazados - no eran barquitos - y utilizaron aquí la primera cohetería antecedente de lo que hoy conocemos como misiles. Si bien en la “Vuelta de Obligado” no se obtiene específicamente un triunfo militar (la victoria se materializa en la batalla de Quebracho). “Obligado” implica un tremendo golpe a las pretensiones anglo- francesas que terminaron capitulando frente a la inquebrantable voluntad del pueblo argentino y su gobernante, Don Juan Manuel de Rosas, de defender la soberanía nacional. Años más tarde, a partir de la batalla de Caseros que derriba a Don Juan Manuel del gobierno con la intervención de potencias extranjeras como el Brasil y mercenarios europeos, Gran Bretaña, comienza a tener un protagonismo cada vez más descomunal en la economía local. En medio de la crisis del 30, un acuerdo Roca-Runciman, vergonzoso para los intereses de nuestro país, replanteara las relaciones entre Argentina y Gran Bretaña otra vez en condiciones desfavorables. Por ultimo, la batalla de Malvinas en 1982, y luego los acuerdos de Londres y Madrid en 1989 y 1990 determinaran toda la política económica posterior. De esos acuerdos no se habla. Por dichos acuerdos, presumimos, nuestro país se comprometió, entre otras obligaciones, a pagar los gastos de reparación de guerra que son costumbre y derecho internacional. Respecto a las cifras, ellas se desconocen en virtud que están sujetas a secreto diplomático. Mas allá de lo expuesto, estamos absolutamente convencidos que ambos acuerdos tuvieron incidencia respecto del proceso acontecido en la década de los `90, y además explican el rol de España, uno de los países menos desarrollados tecnológicamente en Europa, que apareció como industrial del petróleo y de la telefonía Argentina.
Expuestos los antecedentes históricos queda claro la imposibilidad de abordar la gesta del `82 como un evento asilado.
Insistimos con otra importante conclusión: Nuestro país mantiene relaciones bilaterales desiguales con Gran Bretaña desde hace más de 150 años, y la guerra de 1982 constituye un hito más en dichas relaciones. Tal desigualdad se mantendrá intacta en el futuro en tanto y en cuanto no tomemos cabal situación de nuestra posición.


Zonceras, sentido común y Malvinas

Otro fenómeno sobre el que Jauretche hizo especial hincapié es el de las zonceras criollas que compiló en un manual muy gracioso y a la vez muy ilustrativo. Las zonceras son aforismos (la mayoría sin sentido) que los argentinos, sobre todo los porteños, solemos repetir sin cuestionar su veracidad. Jauretche era un hombre del interior, un paisano profundamente observador de las cosas nuestras. ¿Que son las Zonceras? Son “principios introducidos en nuestra formación intelectual desde la más tierna infancia, en dosis para adultos y con apariencias de axiomas, para impedirnos pensar las cosas del país por la simple aplicación del buen sentido, del sentido común”. El decía que la zoncera madre que las parió a todas es “civilización o barbarie” qué es una zoncera sarmientina. Sarmiento, perteneció a una generación de argentinos que pensaban, algunos de ellos ingenuamente y otros no tanto, que de alguna manera nuestro país estaba poblado con gente indeseable. Imagínense: Sarmiento vive en un momento donde comienza el esplendor del mundo sajón: El mundo inglés entra en una fase de progreso y expansión industrial, en apariencia, indefinido. En tanto el imperio Español entraba en decadencia. Porque España - vale recordar - fue un imperio que duro casi trescientos años (desde principios de 1500 hasta fines del 1700). El Inglés propiamente dicho duró ciento y pico. Si la eficacia se mide por la durabilidad podríamos decir que fue más eficaz el imperio español que el imperio Inglés.
Como decía Sarmiento y los suyos viven la época de esplendor del imperio Inglés que es un imperio de blancos, nórdicos. Los intelectuales de Buenos Aires miraban para acá y veían indios, mestizos y españoles; por lo que consideraban imposible el “progreso” con este componente social.Había una absurda integración entre progreso y raza. El error de la generación de Sarmiento es craso. No entendieron conceptualmente, inclusive científicamente, que una nación es lo que es.
Ellos entonces sentían que con el material humano que había aquí no se progresaba y de allí surgió la idea de “gobernar es poblar”. Poblamiento que implicaba que era necesariamente sinónimo de sustitución. Pero ese proyecto de sustitución no les salio del todo bien, en primer lugar, porque lo que aspiraban sustituir, gracias a Dios, sobrevivió y reclamo y aun reclama su lugar en la historia, y en segundo lugar, por que aquí no llegaron los blancos nórdicos sino marginados del sur de Europa, los judíos, italianos, irlandeses, turcos, etc.

En realidad las zonceras tienen un claro sentido como es el desprecio hacia el país. Cuando uno analiza el discurso que se reproduce cotidianamente sobre todo los sectores medios y altos de nuestro país, encuentra múltiples zonceras que se desprenden de esa zoncera madre que significa; una civilización representada en Europa o Norteamérica y una barbarie asentada en Suramérica. Ahora yo me pregunto, durante el siglo pasado ¿Europa puede dar ejemplo de civilización después de dos guerras mundiales atroces? Cuanto menos cabe la duda.
Pero entonces, concretamente, ¿cuál es la función de las zonceras? Las Zonceras o aforismos sin sentido, así las denominaba Manuel Ortiz Pereyra, surgieron a partir de una profunda lectura que este autor realizó principios del siglo pasado, sobre el discurso de las elites intelectuales de Buenos Aires. Ortiz Pereyra, descubrió tras ellas mecanismos tardíos que contribuían a generar un clima de repudio al país para justificar el repoblamiento. La idea era despreciar para llegar a la autoconvicción de la necesidad de la sustitución. Cuando un país poderoso decide a invadir a otro, generalmente lo primero que hace es cuestionar sus pautas culturales. Las zonceras persiguen un efecto auto denigratorio en las personas y sus comunidades. ¿Que significa esto? Concretamente, una pérdida total de la autoestima y de la capacidad de realizar cosas.

¿Y los veteranos?

Transcurrieron 25 años y, por ejemplo, ellos no recibieron, hasta el momento, un merecido reconocimiento del conjunto. Los veteranos son argentinos que arriesgaron su pellejo por la patria, Estábamos en una dictadura atroz, eso es cierto, pero como vimos anteriormente el evento de 1982 no puede ser circunscrito a la fase del proceso militar.
A lo largo de todo este transcurso de tiempo aparecieron numerosos libros, textos, artículos, ensayos, y otros productos culturales como “Iluminados por el fuego”, donde un jovencito fue sustraído para conducirlo hacia el infierno. Similar situación con los “Chicos de la Guerra” y demás sucedáneos. Estas miradas, lamentablemente, aparecen como universalmente aceptadas, como las únicas, como síntesis histórica. Sin embargo, la posibilidad de conversar cotidianamente con los veteranos da la pauta que, una parte sustancial de ellos, sienten orgullo de haber participado en el conflicto. Creo que la mayoría de nuestro pueblo siente que existe una deuda respecto a ellos, y además, reconoce que Malvinas fue una causa justa a pesar de sus impulsores
Desgraciadamente, vivimos en un sistema donde ciertos intelectuales, comunicadores o profesionales de las ciencias, en vez de consultar “democráticamente” a nuestros veteranos para que expresen sus expectativas, autoritaria y unilateralmente han resuelto victimizarlos despojándolos de su verdadero y gran capital. Por el contrario, traigo aquí un párrafo de Pierre Closterman, héroe Francés de la segunda Guerra Mundial que dice textualmente: “A vosotros jóvenes argentinos compañeros pilotos de combate, quisiera deciros con toda mi admiración. A la electrónica mas perfeccionada, a los misiles antiaéreos, a los objetivos mas peligrosos que existen -es decir los buques- hicisteis frente con éxito. A pesar de las condiciones atmosféricas mas terribles que puedan encontrarse en el planeta, con una reserva de apenas pocos minutos de combustible en los tanques, al límite extremo de radio del hachón de vuestros aparatos, habéis partido en medio de la tempestad con vuestros Mirage Etendart, A4, vuestros Pucara con bandera celeste y blanca. A pesar de los dispositivos de la defensa antiaérea de los SAM de los buques de guerra poderosos, alertados por anticipación por los AWAT y por los satélites norteamericanos, habéis arremetido sin bacilar. Nunca en la historia de las guerras desde 1914 tuvieron aviadores que afrontaran una conjunción tan terrorífica de obstáculos mortales, ni aun la Real Fuerza Aérea sobre Londres 1940, ni la Lutzwafe en 1945. Vuestro valor nos ha deslumbrado, no solo el pueblo argentino no debe olvidarlos, sino muchos de los que en el mundo estamos orgullosos de que seáis nuestros hermanos pilotos”.
Han transcurrido 25 años de la guerra, y la falta del merecido reconocimiento a nuestros veteranos es consecuencia de una estrategia de victimización que en definitiva los condujo al menoscabo. Sobre este fenómeno (victimización) se puede decir que consiste en transformar en víctimas a una serie de sujetos que no desean serlo, y esto, mas que conducirlos al panteón de los héroes, los esta encaminando hacia el olvido.
A modo de conclusión y síntesis, quiero resaltar que le falta de aplicación del sentido común al fenómeno Malvinas se manifiesta, entre otras: 1.- En la ausencia de referencia en la mayoría de los análisis académicos y mediáticos, a las relaciones históricas de desigualdad existentes entre nuestro país y Gran Bretaña, y en tanto, en la asimilación absoluta de las hostilidades de 1982 al proceso militar; 2.- En la victimizacíon de los veteranos (en los que incluyo también oficiales y suboficiales). Se ha victimizado lo que en principio no desea ser victimizado y en tanto se lo ha minusvalidado; 3.- En el desconocimiento de la significación vital que el heroísmo adquiere en la historia de los pueblos. Los héroes son muy importantes en la historia de las Naciones. Dan cuenta de una potencialidad, dan cuenta del drama y de la victoria, dan cuenta del sacrificio. La dimensión del héroe es muy importante en la construcción del mito histórico y en la construcción de valores: Podríamos debatir técnicamente sobre la heroicidad, y respecto si la misma resulta aplicable a todos los veteranos. Pero en una argentina tan autodenigrada y tan auto privada de valores, la presencia física de nuestros veteranos justifica tal calificación, y en tanto ellos, deberían adquirir una significación vital en la construcción de la historia argentina moderna.


Compartiendo con Fermín Chávez que pensar en nacional implica ver la argentina desde la argentina, de nuestro propio interés, espero haber mostrado con este pequeño ejemplo, aunque parcialmente, como algunos nacionales miramos la gesta de 1982.
Vayan estas palabras en homenaje a nuestros héroes.

Profesor Pancho Pestanha

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